Con la finalidad de pedirle informes sobre las medidas que ha implementado para prevenir el acoso sexual hacia las mujeres dentro del Instituto Politécnico Nacional, diputadas de la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de Diputados citarán a Mario Alberto Rodríguez Casas, director de dicha institución, a acudir a una reunión de trabajo.
De acuerdo con la diputada perredista Guadalupe Almaguer Pardo, con solo dos excepciones (el CIDE y la Universidad Iberoamericana), ninguna universidad ha adoptado el protocolo contra el acoso y el feminicidio propuesto en el 2016 por el Inmujeres.
Hace pensar, dijo Almaguer Pardo, en “la existencia de una red de complicidades muy extraña”, ya que ante casos de violencias y feminicidios en el IPN y la UNAM “todos se quedan callados. El silencio se vuelve cómplice porque nadie dice nada”.
Este jueves se aprobó en la comisión el punto de acuerdo para citar a Rodríguez Casas luego de la queja de una alumna de que reportó ante las autoridades de su escuela el haber sido acosada vía celular por un profesor, recibiendo como respuesta que “no se encontró ninguna conducta específica que pueda ser materia de sanción laboral por parte del instituto”.
La alumna intentó recurrir a la plataforma digital que existe para denunciar el acoso, pero no estaba habilitada. “Entregué toda la evidencia de la situación y las autoridades dicen que no hay ningún elemento legal para seguir el procedimiento”. Sobre este y otros temas, deberá responder el director del IPN.
La diputada del PES, Olga Sosa Ruiz, propuso establecer candados presupuestales para las instituciones que no implementen el protocolo contra la violencia de género e impulsar que todas las universidades del país se sumen a él.
Otra de las propuestas de la reunión de trabajo de las diputadas fue el citar a todos los rectores de universidades públicas, para conocer de su actuación para frenar la violencia de género e imponer sanciones a las autoridades omisas.
Por su parte, la diputada morenista Rocío Villarauz dijo que es necesario atender la problemática de acoso hacia las mujeres en las universidades en todos los niveles, es decir, desde alumnas, trabajadoras, académicas y directivas, ya que es un problema generalizado.