Mientras en el país se multiplican las críticas por el próximo regreso a clases y algunos padres de familia han recurrido al amparo para obtener vacunas para sus hijos, el subsecretario Hugo López Gatell insistió en que los niños no necesitan inmunizarse, ya que su riesgo de enfermar y morir es muy bajo, “casi nulo”.
“Aquí hemos mostrado datos de la vigilancia epidemiológica de México y se ve claramente que por debajo de los 18 años existe un riesgo mucho menor de tener enfermedad COVID, sobre todo la enfermedad grave, y un riesgo casi nulo de morir por COVID”, dijo durante la conferencia mañanera.
El funcionario calló sobre los efectos a largo plazo que la COVID causa en los niños, como el síndrome inflamatorio multisistémico, fatiga crónica, dolor muscular, dolores de cabeza y de garganta, que pueden persistir por semanas o meses después de que el niño ya arroja negativo al virus. Asimismo, se desconoce si haber padecido COVID en la infancia afecte el desarrollo físico de la persona, pues es un tema que apenas se está estudiando.
Amparado en la estadística, que indica que de más de 253 mil muertes por COVID, “sólo” 724 han sido de menores de edad, López-Gatell defendió de nueva cuenta la tajante decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de no vacunar a los niños y al tiempo, regresar a clases presenciales.
Y, tal como ha hecho en varias ocasiones, Gatell sostuvo que “no hay evidencia” de que los menores de edad sean un sector que viva un riesgo especial ante el virus.
No mencionó que en diversos países europeos, como Alemania y algunas regiones de España, se vacuna a niños de 12 a 17 años, y que no se trata de esperar grandes cantidades de contagios y muertes para definir que los niños necesitan y merecen protección.
Enfatizó que “0.004% es la probabilidad de que una persona menor de edad termine en una hospitalización por COVID y aún más bajo de que pierda la vida”.
Así, el gobierno deja en claro que 724 niños muertos por COVID en México no son suficientes para pensar en que este sector merece ser protegido.
Esto no debe sorprender, ya que más de 253 mil muertes oficialmente reconocidas en 17 meses de pandemia no han hecho variar la así llamada estrategia, una de las peores llevadas en todo el mundo.
De manera deliberada, Hugo López-Gatell omite información crucial: de acuerdo con información divulgada por Unicef, organismo de la ONU, los síntomas graves y la muerte no es la única forma en que la COVID puede afectar a los niños.
Según el conocimiento que se tiene al momento, en los niños se hace presente con frecuencia un fenómeno llamado en inglés “Long COVID” o Covid prolongado. Consiste en la presencia de síntomas tales como fatiga, dolor muscular, dolor de garganta, dolor de cabeza y debilidad general, durante semanas e incluso meses después de dar negativo al virus.
De acuerdo con Unicef “se necesita más información para entender los efectos a largo plazo de la COVID”, efectos que se han presentado en niños, adolescentes y jóvenes adultos que han padecido COVID no grave y COVID asintomático.
“Niños y adolescentes también pueden sufrir el síndrome inflamatorio multisistémico, una rara pero muy grave condición que parece estar vinculada a la COVID-19”.
El que el gobierno federal tome como criterio únicamente si los niños enferman de gravedad o mueren, es criminal. Lo que se debe evitar es el contagio, pues se desconoce si la COVID sufrida en la infancia tenga consecuencias en el desarrollo de los niños e incluso, en la vida adulta.
*ofv