sábado 23 noviembre 2024

Cuatro expresidentes del PRI, contra la reforma eléctrica; no son decisivos: Alito

por etcétera

La iniciativa de contrarreforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador es un retroceso y el partido debe ir hacia el futuro, coincidieron cuatro exlíderes del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Su opinión será tomada en cuenta, pero no será decisiva, advirtió Alejandro Moreno Cárdenas, actual presidente nacional de esa organización.

Durante un encuentro organizado por el periódico Reforma, cuatro políticos que fueron líderes nacionales del PRI, Dulce María Sauri (1999-2002), Pedro Joaquín Coldwell (2011-2012), Manlio Fabio Beltrones (2015-2016) y Enrique Ochoa (2016-2018) manifestaron su rechazo a la propuesta de López Obrador sobre la energía eléctrica.

Sauri comentó que la iniciativa presidencial debe quedar en el “congelador” o “desechada por quienes tienen compromiso con el futuro de México”, debido a que no tiene “reparación”, afirmó.

“Me parece que el presidente López Obrador sí lleva a cuestas el recuerdo”, en referencia de lo que ocurrió en el país entre 1960 y 1970, especialmente durante las presidencias de Luis Echeverría y José López Portillo en el aspecto de la intervención del Estado en la economía y en la exclusión de la participación privada.

“La iniciativa del presidente López Obrador solamente nos lleva a un pasado que no es posible recrear, sino que cercena las posibilidades de México, de las y los mexicanos para un bienestar en un futuro inmediato”, consideró la política yucateca.

Para Joaquín Coldwell, quien fue secretario de Energía, si el PRI vota a favor de la iniciativa ya no se va a diferenciar de Morena y terminaría convertido en un “partido satélite de un nuevo partido hegemónico del siglo XXI”.

Al cuestionar el monopolio estatal en la generación y distribución de la electricidad que propone la iniciativa presidencial, Pedro Joaquín Coldwell, dirigente nacional del PRI entre 2011 y 2012, explica el riesgo económico de esa estrategia, pues en 15 años, afirma, la expansión y la modernización de la infraestructura eléctrica requeriría 2 billones de pesos.

“¿De dónde va a salir esa cantidad si dependemos únicamente de recursos públicos? ¿De quitarle recursos a otras áreas del presupuesto? ¿De endeudar más al País? ¿Subir las tarifas? Necesitan la inversión del sector privado para complementar las carencias que hay de nuestros presupuestos públicos”, indicó.

Joaquín Coldwell se pronunció porque el PRI sea una oposición responsable y busque alinear los intereses del partido con los de la nación: “Desde esa perspectiva, ni con la mayor voluntad sería posible arreglar la iniciativa de contrarreforma que ha presentado el Ejecutivo federal”.

Beltrones comentó que su partido no debe estar en contra de lo que sucede en el mundo, ya que “un retroceso o quedarse petrificado en el pasado significa su verdadera extinción. El PRI debe jugársela con el futuro”.

Sobre la iniciativa, Beltrones se preguntó y se respondió: “¿Le conviene a los mexicanos esta reforma tal cual está redactada? Pienso que no”. Y fue categórico: “En sus términos esta iniciativa, si me tocara a mí estar volviendo a votar, no lo haría”.

Hizo una autocrítica de la reforma de 2013: se hizo “sin la compañía de todos”. Al hacer reformas de ese tipo, dijo, duran poco. “Tenemos que blindar a México de estar haciendo múltiples reformas que después tenemos que corregirlas porque no tuvimos el consenso necesario”.

Ochoa, quien también fue director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se manifestó “contra esta contrarreforma en el sector energético” porque le cierra las puertas a las energías limpias y porque esa compañía concentraría facultades que nunca ha tenido, como que determine por sí misma las tarifas por el servicios eléctrico. “La CFE no puede ser juez y parte, consideró.

Comentó que el PRI no puede tener una aspiración de futuro “si lo que le ofrece a la ciudadanía es condenarlos al pasado”. Y afirmó que en materia eléctrica “no se puede ir para atrás”.

Continuó al afirmar que, de acuerdo con sus documentos básicos, el PRI debe defender al medio ambiente, los servicios y la salud pública, así como los beneficios de la transformación energética.

También uno de los arquitectos de la reforma energética de 2013, Ochoa consideró que la iniciativa presidencial es una “contrarreforma” que “cambia el orden de despacho y pone por adelante las energías caras y contaminantes, desplazando las energías limpias, que son el presente y el futuro de la humanidad”.

El político recordó que desde 2016 e incluso hasta 2019  la CFE obtuvo utilidades, pero en 2020 ya tuvo pérdidas, y reivindicó la reforma de 2013: “Cada vez que se aleja más de la implementación puntual de la reforma del 2013, la CFE se debilita”.

También mencionó que en el trienio pasado, en la Cámara de Diputados, el PRI propuso que se incrementaran los recursos para la CFE, pero Morena le bajó el presupuesto.

Después del encuentro, el actual presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, hizo llegar a Reforma una comunicación en la que aclaró que las opiniones de los expresidentes de la organización serán tomados en cuenta, pero no serán decisivas.

“En esta etapa, el consenso interno provendrá del debate equilibrado, en el que las opiniones y criterios de algún notable y otra opinión interna se tomará en cuenta, pero no será decisiva. El consenso será producto del acuerdo interno, y este, a su vez, del examen minucioso de las propuestas, en donde todos podrán participar”, señaló Moreno Cárdenas.

Cabe señalar que otra expresidenta del PRI, la senadora Claudia Ruiz Massieu (2018-2019), también ya se manifestó en contra de la iniciativa presidencial de reforma eléctrica.

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