Información de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) indica que la Secretaría de Cultura incurrió en al menos 22 irregularidades administrativas durante el 2019, como pago de plazas no autorizadas o dar remuneraciones más elevadas de lo autorizado a algunos servidores públicos. Dichas irregularidades dejan sin justificar casi mil 500 millones de pesos.
Sin embargo, el titular de Unidad de Administración y Finanzas, Omar Monroy, dijo que estas anomalías son solo aparentes, ya que se derivan de un incompleto acopio de información, debido a que los datos se entregaron en varias etapas, y una parte de los documentos no fue tomada en cuenta para el reporte final.
En estos días, se ha dado a conocer abundante información sobre la administración federal proveniente de la tercera entrega de la Revisión de Cuenta Pública 2019 de la ASF, mucha de la cual no deja bien parado al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ya que evidencia ineficaces controles internos, procesos mal diseñados y falta de capacitación para aplicar normativas.
Entre las anomalías detectadas en la Secretaría de Cultura, a cargo de Alejandra Frausto, se encuentran pagos sin comprobante del servicio recibido, uso de recursos de ejercicios anteriores sin la autorización correspondiente y pagos de plazas o puestos de trabajo no autorizados.
Detalla el informe que no se entregó la documentación que respalde el gasto de 675.2 millones de pesos por el pago a 16 personas y empresas por servicios como limpieza, vigilancia, jardinería, mudanzas, eventos culturales, evaluación de servidores públicos, renta de autos, compra de equipo de oficina y más.
Tampoco se acreditó el gasto de 20.2 millones de pesos por concepto de donativos a distintas agrupaciones. Tampoco solventó correctamente una deuda del gobierno anterior, por casi 728 millones de pesos.
Pero, según Omar Monroy, tales faltantes son producto de una revisión incompleta de la información.
En conferencia de prensa virtual, Monroy dijo que la información que justifica los gastos se entregó en partes y en “algunos casos la información proporcionada no fue considerada por la ASF”.
Lo que faltó en una primera etapa, se entregó después. “Lo que nos arrojan estas observaciones es que no se tomó en cuenta. Tendremos ahora que conciliar para que se tome en cuenta” y se resuelvan esas anomalías, dijo. Se enviará nuevamente la información que haga falta.
“Mucha, mucha información ya está, ya obra en poder de la ASF, y nada más es cuestión de conciliación para que nos quede claro qué es lo que entregamos y qué les haría falta a ellos”.
“Lo más importante para esta Secretaría es aclarar y transparentar el ejercicio de los recursos. Y, en su caso, se buscará incluso poder completar dicha información con un mayor número de evidencias, a fin de acreditar que todos los servicios fueron proporcionados conforme lo establecido en los contratos. Ése es el trabajo que tenemos que hacer de ahora en adelante”, dijo.