El fotógrafo neoyorquino Wesley Bocxe, que cubrió con su cámara los sucesos derivados del terremoto del 19 de septiembre de 1985 en la Ciudad de México, resultó víctima del sismo que volvió a cimbrar esta capital 32 años después; ahora está hospitalizado y ha sufrido la muerte de su esposa, Elizabeth Esguerra.
Comisionado por la agencia Reuters, viajó a México hace 32 años… Desde hace seis años escogió la Ciudad de México para vivir tras su retiro; ahora se dedica a la manufactura de maletas para equipo fotográfico, cuyo diseño fue inspirado en las maletas del sandinismo de Nicaragua.
Y precisamente son estas bolsas cangureras, técnicamente chalecos de pecho, las que según colegas y amistades fueron robadas por los rescatistas y militares y utilizadas in situ durante las labores de rescate en el edificio donde estuvo su casa, en la esquina de Laredo y Ámsterdam en la colonia Condesa.
Los rescatistas en efecto tomaron las cangureras de entre los escombros (se almacenaban en uno de los cuartos del mismo edificio), y debido al diseño (muy útil para cargar cámaras, lentes, tarjetas, pilas, impermeables y otros aditamentos) fueron utilizados por ellos mismo durante su labor.
Las portaban sin ocultarlo para cargar aditamentos, herramientas y agua mientras realizaban las labores de rescate. Las habían levantado entre los escombros en ese edificio, ¿pero alguien pensó que recogerlas y usarlas fuera un saqueo? En las redes se ha suscitado un agrio debate lleno de recriminaciones; redenautas que por principio publican en contra del Ejército y la Marina, encontraron en este episodio terreno propicio para sus diatribas.
Un par de marinos que han estado desde el martes en la esquina del desastre, pusieron en duda la historia de las bolsas de Wesley: “Todo lo que se sacó se ponía en una bolsa y se dejaba en el puesto instalado en esa casa verde”, señalando un edificio que está en la otra esquina.
https://twitter.com/cencos/status/913829041500692480
Pero confrontados con las fotos que circulan en las redes, uno de ellos explica que si un rescatista ya no podía trabajar sólo con las manos, tal vez vio que con la bolsa se podía realizar mejor la labor de rescate. El debate ha sido terciado por brigadistas civiles que estuvieron como voluntarios en el lugar: Yo pago la bolsa del rescatista, señalaban; los que estuvimos allí vimos que sí las ocuparon para el rescate.
Una de las amistades del fotógrafo parece estar de acuerdo: Si Wesley hubiera estado allí, creo que les hubiera regalado las bolsas para que los rescatistas pudieran trabajar, estimó.
El fotógrafo neoyorquino, hijo de madre peruana, inició sus primeros materiales gráficos con sus amigos adolescentes; enviado a Perú para que mejorara su conducta, tomó la vía del fotoperiodismo como carrera y así fue como lo comisionó Reuters a México en 1985.
El sismo del 19 de septiembre de 2017 lo encontró en su casa, ubicada en una de las zonas con mayores afectaciones. Elizabeth Esguerra Rosas, su esposa, estuvo desaparecida un día hasta que apareció muerta entre los escombros del edificio que habitaba. Bocxe fue encontrado con heridas graves junto a la derrumbada edificación y estuvo hospitalizado bajo cuidados intensivos, mientras su hija de cinco años de edad sobrevivió sin daños pues se encontraba en la escuela.
(Con información de Notimex, La Cónica de Hoy y Twitter)
aml