Un decreto presidencial en preparación busca catalogar a la llamada “Cuarta Transformación” como una “revolución” y en este sentido, instruye al INERHM a investigarla, estudiarla y difundirla, aunque sin mencionarla explícitamente.
De acuerdo un anteproyecto presidencial recuperado por el diario El Universal, el gobierno de AMLO sigue determinado a imbuir en la población la noción de que esta administración es un parteaguas histórico, una nueva revolución de la vida pública, y por ello, indica al Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México que la 4T desde el punto de vista de un proceso revolucionario.
Lo hace indicando al organismo que en su trabajo de estudio de los procesos revolucionarios, amplíe su mirada hasta “el tiempo presente”, y el “siglo XXI”.
La función de este instituto es estudiar los procesos revolucionarios de México, en todas las etapas. Así, está considerada la revolución de 1910, el movimiento estudiantil de 1968 y los movimientos feministas, entre otros procesos.
Ahora, por instrucción presidencial, se incluirá a la 4T como una revolución más.
De esta manera, el presidente busca asegurar su paso a la historia como cabeza de lo que él ha llamado una “revolución de las conciencias” y la “cuarta transformación de la vida pública” de México, entre otros apelativos.
Dice que dentro de esta ‘revolución’ se debe considerar la defensa de la soberanía del petróleo que ha hecho este gobierno y la “lucha por la consolidación de la vida democrática”, que según AMLO, también ha emprendido su administración, a pesar de que es el único gobierno que ha buscado restar autonomía a los órganos electorales.
También, a pesar de que la “defensa” por la soberanía del petróleo es un mito, ya que este recurso nunca ha estado bajo amenaza durante el actual gobierno.
“Movimientos sociales como lo son las luchas campesinas, las emprendidas por el reconocimiento de los derechos de las mujeres, por la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, los derechos laborales, los derechos de las minorías, la defensa de la soberanía sobre los recursos nacionales y la lucha por la consolidación de la vida democrática durante los siglos XIX, XX y XXI deben ser considerados como procesos que transformaron y continúan siendo factores de cambio para la historia de México”, cita el diario.
Agrega que “con el propósito de comprender el desarrollo y el alcance de las grandes transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales generadas por los procesos revolucionarios que han definido la historia de México, resulta indispensable ampliar el marco temporal de estudio de éstas, considerando sus orígenes desde la etapa prehispánica y su vigencia hasta la época contemporánea, mediante la historia del tiempo presente”.
También instruye al instituto a ayudar a capacitar a los maestros del país para que se mejore la “difusión” de los procesos históricos, nombra al INEHRM como “órgano de consulta” de todas las publicaciones, estudios y celebraciones relacionadas con la historia oficial de México.
En el documento se señala que el instituto deberá contribuir a la capacitación y actualización del personal docente del sistema educativo nacional en materias relacionadas con la enseñanza de la Historia, con el propósito de mejorar la difusión de los procesos históricos de México.
Para incrementar la difusión, le indica “organizar actividades académicas y culturales como mesas redondas, conversatorios, conferencias, coloquios, foros, lecturas dramatizadas, seminarios y cursos que se relacionen con su objeto; desarrollar contenidos de difusión de la historia para exposiciones, programas de radio, programas de televisión, redes sociales, documentales y sitios web, entre otros”.
Ello, naturalmente, habrá de significar el uso de presupuesto público. Así, mientras el gobierno considera que lo destinado al INE es un exceso, incrementa las facultades del instituto con fines meramente propagandísticos para que se reconozca a la 4T como parte de la historia.
Se señala que además el INEHRM fungirá como órgano de consulta en los estudios, publicaciones y celebraciones de carácter oficial relacionados con la historia de México.
Le indica que deberá adquirir “materiales bibliográficos, documentales, fotográficos, visuales o sonoros referentes a lo estipulado en la fracción anterior respecto al rescate, custodia, catalogación, consulta, reproducción, publicación y difusión en general; otorgar distinciones y estímulos a personas físicas y morales que se distingan en el campo del conocimiento histórico relacionado con la historia de México”.
El decreto, enfatiza El Universal, indica que el titular del INEHRM será designado directamente por el presidente de la República.
*ofv
