Ante la falta de una adecuada respuesta del gobierno, en el documento “México necesita un plan de emergencia que abarque toda la nación”, un grupo de más de 300 ciudadanos propone cuatro puntos principales para enfrentar lo que llaman “doble crisis”, tanto sanitaria como económica. Señalan que el gobierno no sólo no ha planteado una respuesta seria y de la magnitud que la situación exige, además de que ha ignorado las propuestas que se le han planteado.
Los puntos que deben ser atendidos son los siguientes: primero, dotar al personal de los hospitales de los recursos, insumos, instrumentos y espacios para salvar vidas. A esto llaman “la primera y principal responsabilidad del gobierno federal”, y añaden que no hay austeridad que valga para pretender negar ese apoyo.
El segundo aspecto que trata el documento es la conjugación de las políticas económica y sanitaria: la primera debe apoyar la segunda, no contradecirla. En ese sentido, “la política económica de la emergencia consiste en crear las condiciones para que la mayor cantidad de mexicanos nos quedemos en casa”.
La preservación del empleo, tanto formal como informal, es el tercer punto. Las empresas de cualquier tamaño deben ser apoyadas por el Estado, además de que, destacan, “sería un error apostar a la creación de empleos futuros, en lugar de defender los empleos realmente existentes. Salvar al empleo significa salvar la economía que tenemos y la que puede impulsar una rápida recuperación después de lo peor de la crisis”.
Finalmente manifiestan su rechazo a la polarización y la discordia, a que el país esté partido en dos. Por el contrario, llaman al diálogo y la búsqueda de soluciones comunes para enfrentar la peor crisis, lo que “exige incluir al México diverso que busca una salida en el momento de mayor dificultad para todos”.
Finalizan con un llamado: “No esperamos más división, sino la integración democrática y común de un proyecto en el cual se reconozca toda la nación”.
Entre los firmantes están juristas como José Ramón Cossío, expresidentes del Instituto Federal Electoral como José Woldenberg, Luis Carlos Ugalde y Leonardo Valdés, y exsecretarios de Estado como como Julia Carabias, Jorge G. Castañeda, Julio Frenk, José Narro y Salomón Chertorivski.
También hay escritores como Héctor de Mauleón y Rafael Pérez Gay, intelectuales como Enrique Krauze, Federico Reyes Heroles, Carlos Elizondo Serra Mayer y Macario Schettino, y analistas como José Antonio Crespo, María Amaro Casar, Raúl Trejo Delarbre, Denise Dresser, Carlos Bravo Regidor y Viridiana Ríos.
Hay políticos como Kenia López Rabadán, Martha Tagle y Cecilia Soto, al mismo tiempo que activistas como Jacobo Dayán y María Elena Morera, entre muchos otros.