Sin probar su supuesta victoria electoral, este viernes Nicolás Maduro tomó posesión, por tercera ocasión consecutiva, de la Presidencia de su país, en medio de un amplio repudio y de sanciones de las democracias del mundo y de apoyo de los países autoritarios, mientras que la oposición acusa “golpe de Estado”. En México, Claudia Sheinbaum avaló el fraude electoral y envió representación oficial al acto.
Ante la presión de los opositores por hacer su propia ceremonia, Maduro adelantó su acto por unas horas. En su juramentación dijo que “traidores venezolanos” trataron de convertirla “en una guerra mundial: que si invaden, que si entran, que si salen”. Contra ello, dijo que no pudieron impedir su toma de posesión, lo que consideró “una gran victoria venezolana”.
Pero el dictador sí presumió una supuesta victoria mundial cuando dijo que “el poder de Estados Unidos, junto a sus esclavos en América Latina, convirtieron la elección de Venezuela en una elección mundial. Y se la ganamos”.
Plataforma Unitaria Democrática, la principal agrupación opositora de Venezuela, calificó como “golpe de Estado” que Maduro haya asumido la Presidencia por tercera ocasión consecutiva en un abierto desconocimiento de las elecciones llevadas a cabo en del año pasado.
“Con la usurpación del poder por parte de Nicolás Maduro en la Presidencia de la República, apoyado por la fuerza bruta y desconociendo la soberanía popular expresada contundentemente el pasado 28 de julio, se ha consumado el Golpe de Estado en contra de los derechos del pueblo venezolano”, afirma el pronunciamiento opositor.
Por el contrario, el documento afirma que quien ganó las elecciones fue Edmundo González Urrutia, quien fue quien debió haber tomado posesión este 10 de enero, por lo que considera que Maduro y sus apoyadores “perdieron el apoyo del soberano y abrir la posibilidad de reconstruirse desde la oposición”.
Sin embargo, añade Plataforma Unitaria Democrática, “por el contrario, esa cúpula enriquecida y sectaria decidió avanzar en la mentira de unos resultados que nunca fueron publicados por el Consejo Nacional Electoral y que contrastan con la verdad que reflejan las 25 mil actas electorales que ellos también tienen en sus manos y que ocultan como parte del mayor fraude perpetrado en Venezuela contra la voluntad del pueblo”.
Ante el cuadro descrito, la organización opositora llama a iniciar una nueva etapa de lucha, en la que, afirma, “debemos hacer sentir una conducta de Resistencia Democrática permanente y activa, hasta que se respete la Constitución Nacional y en especial la soberanía popular”.
Por su parte, en un video en el que relató su secuestro por la dictadura, María Corina Machado, la principal líder de la oposición en Venezuela, manifestó que “Maduro consolida un golpe de Estado frente a los venezolanos y frente al mundo. Decidieron cruzar la raya roja que opficializa la violación a la Constitución nacional”.
Añadió que “Maduro viola la Constitución, además, flanqueado por los dictadores de Cuba y Nicaragua. Esto lo dice todo”.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum dijo que iba a ir el embajador mexicano a la toma de posesión, en lo que es una muestra clara de su respaldo a la dictadura de Maduro. Además, dijo que “defendemos nuestra política exterior, de la soberanía del pueblo venezolano. Ellos son los que tienen que decidir, no tiene que haber una intervención de ninguna manera sino que decida el pueblo de Venezuela”.
Luego, en aval de su dicho, habló de las fuerzas “progresistas” en América Latina y de su avance, como en las recientes elecciones de Uruguay.
La doctora, sedicente luchadora contra “fraudes electorales”, no hizo ningún comentario sobre la falta de pruebas de Maduro y su gobierno sobre su presunto triunfo en los comiciso. Apenas el jueves el presidente de Colombia, Gustavo Petro, recordó que, tras las elecciones, su país, Brasil y México acordaron pedir las actas de los comicios venezolanos para reconocer los resultados. Sin embargo, posteriormente México abandonó esa posición.
Eso había ocurrido desde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y ha continuado con su sucesora; ellos, que en su trayectoria política han sido tan suspicaces y acusatorios con los resultados electorales, se conformaron con la palabra del oficialismo.
Además del gobierno mexicano, al acto de Maduro acudieron representantes de países como Rusia, Irán y China, así como los dictadores de Cuba y Nicaragua, Miguel Díaz Canel y Daniel Ortega, respectivamente.
Antes, varios gobiernos americanos se habían deslindado de la dictadura de Maduro e incluso algunos habían reconocido como presidente a González Urrutia, desde Canadá hasta Argentina.
Anthony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, comentó al respecto que el mundo y el pueblo venezolano saben que Maduro perdió las elecciones, y dijo que su país está listo para apoyar el retorno de Venezuela a la democracia.
El jueves el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, también le dio un espaldarazo a Edmundo González Urrutia y a María Corina Machado.
Además, las autoridades de Estados Unidos aumentaron la recompensa por información que conduzca a la detención de Nicolás Maduro: de 15 millones de dólares subió a 25 millones, misma cantidad que ofrece por Diosdado Cabello, ministro del Interior, y 15 millones por Vladimir Padrino, ministro de Defensa.
Otras medidas contra el régimen venezolano fue la imposición de sanciones económicas contra ocho altos funcionarios por represión, entre los que se encuentran Héctor Obregón Pérez y Ramón Celestino Velásquez, titulares de la petrolera estatal venezolana y del Ministerio de Transporte, respetivamente. El gobierno estadounidense también decidió ampliar el estatus de protección temporal para que los venezolanos puedan residir y trabajar en la Unión Americana.
La Unión Europea emitió un pronunciamiento en el que señala que Maduro “carece de la legitimidad de un presidente elegido democráticamente”. Además, denunció que tras las elecciones se han endurecido la represión y el hostigamiento contra opositores, por lo que pidió la liberación de presos políticos.
Asimismo, esa institución anunció más sanciones selectivas contra 15 personas de Venezuela a las que considera responsables de socavar la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos, y dejó en claro que con ellas no se afecta ni la economía ni al pueblo venezolano.
Las sanciones contra los funcionarios de la dictadura venezolana también se extendieron al Reino Unido, que también sancionó a 15 funcionarios de la dictadura, entre los que se encuentran jueces, militares y mandos de los cuerpos de seguridad, mientras que Canadá hizo lo propio.
Por su parte, el vocero de la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, dijo que se “entiende la frustración de una gran parte del pueblo de Venezuela”, por lo que hay una gran preocupación. Además, pidió la liberación de quienes han sido detenidos arbitrariamente tras las elecciones de julio.
Dujarric dijo que la solución a la situación que atraviesa Venezuela “requiere pleno respeto a los derechos humanos, incluyendo la libertad de expresión y reunión, así como a manifestar opiniones sin interferencia y a celebrar manifestaciones pacíficas”.
El Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos citó a una sesión extraordinaria para el próximo lunes, en la que se tratara “de manera urgente” el arresto de María Corina Machado.