El fiscal general de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, informó este martes que un robo es la principal línea de investigación en el secuestro y homicidio de los sacerdotes, Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Juárez, ocurrido la noche del domingo, en Poza Rica.
De acuerdo con las primeras indagatorias, que incluyen las declaraciones de un testigo, los prelados y sus victimarios estaban tomando bebidas alcohólicas horas antes de perpetrarse el secuestro.
Según la relatoría de los hechos, en algún punto del encuentro empezaron una discusión que terminó con el robo de cinco mil pesos y de dos vehículos, uno propiedad de uno de los sacerdotes y otro (prestado) de un empleado del Ayuntamiento de Poza Rica.
“Quiero dejar en claro un tema en el cual las víctimas y victimarios se conocían, estaban conviviendo, librando licor y en la descomposición, entiendo que por el licor de la fiesta, se suscitaron los hechos que ya se tornaron violentos”, dijo Bravo Contreras en entrevista para El Universal.
Respecto a las versiones que apuntan a que el caso está vinculado con la delincuencia organizada, el funcionario estatal descartó este móvil.
“Es totalmente falso lo que han venido difundiéndose en redes y algunos medios de comunicación en torno a que eran objetivos de la delincuencia organizada. Tenemos ya objetivos por detectar y desde luego estaremos acudiendo a los jueces para hacer lo que conforme a derecho”, expuso.
La noche de este domingo, dos prelados y un chofer de la iglesia de Nuestra Señora de Fátima de Poza Rica fueron secuestrados por un grupo armado, según las primeras versiones que ya fueron descartadas por las autoridades.
Horas después, elementos de la Fuerza Civil de Veracruz hallaron los cuerpos maniatados de los curas y encontraron vivo al conductor del templo, quien afirma que logró escapar de sus captores.
mahy