Claudia Sheinbaum anunció que en su próximo gobierno Marcelo Ebrard Casaubon será el titular de la Secretaría de Economía. Ambos fueron contendientes en al proceso interno de Morena para definir su candidato a la Presidencia de la República, del que él dijo que no se sometería a ella, a quien ahora agradece.
Durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador ambos personajes ocuparon cargos muy importantes: ella, la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, y él, la Secretaría de Relaciones Exteriores. Ambos, vinculados con una de las más importantes tragedias de los últimos años: la caída de un tramo del Metro en la Línea 12, que cobró la vida de 26 personas y dejó cerca de un centenar de lesionados. La disputa de entonces: si el derrumbe fue por fallas en la construcción o por falta de mantenimiento.
Tras sus estudios, la empresa danesa DNV, a la que el gobierno capitalino encargó el peritaje por el derrumbe del Metro, mostró que era una combinación de ambos aspectos, lo que no gustó a Sheinbaum, quien procedió a atacarla y a descalificarla pese a sus elogios iniciales. Pero este grave caso, en el que participaron ambos jefes políticos de Morena (y algunos más, como Mario Delgado, dirigente nacional de ese partido) permanece impune, especialmente para los peces gordos.
Pero la disputa real entre Sheinbaum y Ebrard ocurrió desde que López Obrador destapó a las que llamó “corcholatas”, entre las que aquellas descollaban. Sin embargo, desde muy temprano el tabasqueño dejó ver quién era su predilecta, pese a lo cual el discípulo de Manuel Camacho Solís pensó que podría disputar la nominación.
Ya en el proceso de Morena, que sería definido por encuestas, apareció en pleno las diferencias entre ambos. Así, Ebrard y sus seguidores denunciaron una serie de irregularidades de distinta gravedad, que iba desde la utilización de recursos públicos (especialmente de la Secretaría del Bienestar) hasta la agresión contra sus representantes.
Así, al principio y recordando la tradición priista, Ebrard incluso dijo que a Sheinbaum no le alcanzaría la “cargada” para vencerlo.
Asimismo, colaboradores de Ebrard denunciaron por ejemplo, que en la capital del país eran utilizados los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (Pilares), lo que ocurrió incluso antes del inicio formal de las precampañas, y ya en estas, diputados simpatizantes del ex secretario de Relaciones Exteriores acusaron que los recursos de la Secretaría del Bienestar y los Servidores de la Nación eran aplicados en el apoyo a Sheinbaum.
Tan difícil se puso la situación, que cuando Latinus mostró que la gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno, pedía “moches” a sus funcionarios para apoyar a la exjefa de Gobierno, Ebrard declaró que ello debería ser investigado tanto por el partido como por las autoridades electorales.
Cuando se presentaron los resultados de las encuestas del proceso interno, que dieron como ganadora a Sheinbaum, en el acto estuvieron los candidatos perdedores, excepto Ebrard, quien en esa jornada y posteriores denunció las varias irregularidades del proceso, por lo que pidió su nulidad, después formó una asociación civil llamada El Camino de México y estuvo amagando durante meses con su salida de Morena.
En aquel septiembre de 2023, en el fragor de la batalla posprocesal, Ebrard soltó una frase sobre Sheinbaum recogida por algunos periodistas: “No nos vamos a someter a esa señora”.
Sin embargo, en noviembre Ebrard terminó por ceder: aceptó quedarse en Morena, cuyos dirigentes le prometieron que las “prácticas indebidas” serían sancionadas y prevenidas para la próxima, además de que anunció que se había reunido y entendido con Sheinbaum.
Para “celebrar” su rendición, Ebrard exclamó que Morena respetaba “a la segunda fuerza que encabezamos en la 4T”, además de que había un entendimiento con la ganadora “a partir de esta línea política”.
Sin embargo, Sheinbaum salió a atajarlo casi inmediatamente, para lo que aprovechó la vieja historia de las corrientes en el PRD. Aunque reconoció la postura de Ebrard, dio un manotazo para ponerlo en orden con el asunto de “la segunda fuerza”, sin hacer referencia a las reuniones que, según aquel, habían sostenido.
En un video difundido en redes sociales, Sheinbaum regañó a Ebrard: “No puede ser la segunda fuerza ni la tercera fuerza ni la cuarta fuerza, porque Morena es una sola fuerza”.
Recordó la situación del PRD con sus corrientes, lo que “hizo mucho daño”, y le dejó muy claro a Ebrard y a sus seguidores: “Somos un solo movimiento, un solo partido que, además, representamos el anhelo del pueblo de México, y eso no se nos debe olvidar; por eso la dirigencia del movimiento tiene que tener eso en cuenta”.
Ebrard, con pesar o no, terminó por someterse, por lo cual ahora ha sido designado secretario de Economía. Sheinbaum, por su parte, en el acto de presentación de seis miembros de su gabinete, distinguió a quien presumió de representar la segunda fuerza de Morena: fue el único de los nombrados que habló en el acto.
“Doctora: estaremos al 100 por ciento para cumplir esta encomienda que le ha dado el pueblo de México. Celebro el día de hoy que hayamos sido invitadas e invitados. Muchas gracias por su confianza”, dijo Ebrard, quien algún día dijo que no se sometería “a esa señora”.