La presidenta Claudia Sheinbaum estalló contra los diarios El Universal y Reforma por sus primeras planas, en las registraron reportajes críticos relacionados con la tragedia del descarrilamiento del Tren Interoceánico; pero por otra parte, se mostró complacida de poder hablar profusamente sobre “el apoyo del pueblo” hacia su gobierno.
En respuesta a una “pregunta” de un reportero afín al régimen, la mandataria acusó a El Universal de “falta de pudor periodístico” por publicar las fotografías de algunas de las víctimas del descarrilamiento del tren, pues según ella, se hizo sin el consentimiento de sus familiares y también se lanzó contra Reforma por sentirse “especialistas en vías”.
“¡Qué falta de pudor periodístico! ¡Falta de humanidad! Sin consultar a las víctimas, publicar sus fotografías…Es inhumano, falta de ética, de solidaridad, es una bajeza. O el Reforma, que ya son especialistas también en vías, el ferrocarril. Pero lo de El Universal hoy sí me pareció, de verdad… ¡¿Cómo se atreve sin preguntarle a las víctimas?! ¡¿Cómo?! ¡Increíble!”, dijo Sheinbaum visiblemente molesta.
Este martes, además de las fotos de los fallecidos, El Universal publicó a ocho columnas un reportaje en donde registra que desde 2019, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) documentó irregularidades en el otorgamiento de los contratos para los trabajos de rehabilitación de vías en el tramo donde descarriló el tren, una zona de curvas y pendientes pronunciadas que generaban ondulaciones en el terreno.
En tanto, también a ocho columnas, Reforma publicó una investigación, con base en datos de la ASF y declaraciones de funcionarios allegados al proyecto ferroviario, en la que se concluye que la obra ha registrado varias inconsistencias e irregularidades, una de las más constantes, el otorgamiento apresurado de contratos “urgentes” para llevar a cabo trabajos técnicos muy especializados como la estabilización de taludes y la alineación de vías entre otros.
El reportaje recupera el testimonio de Gilberto Fernando Mellado, capitán de la Marina con funciones de subdirector Técnico de la empresa estatal Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT), encargada de la obra. El funcionario admitió en enero pasado que los taludes en el tramo de Chivela a La Mata, se habían visto afectados inestabilidad en su arco de falla, generado arrastre de finos y derrumbes que, de no ser atendidos de manera oportuna, dañarían considerablemente la infraestructura ferroviaria y la seguridad del tren de pasajeros.
Por tal razón se tomó la decisión de asignar, con carácter urgente, un contrato por 322 millones de pesos a la empresa Infraestructura Capital Mexicano (ICM) para que en un plazo máximo seis meses resolviera ese problema. Sin embargo, el 10 de septiembre, se asignó un nuevo contrato urgente a esa misma firma, para atender la misma situación, pues se argumentó que los taludes se habían dañado nuevamente por “fenómenos meteorológicos”.
En su reporte, Reforma también documenta otras irregularidades en la obra como el uso de material obsoleto para los durmientes de las vías, así como de trenes usados por los que se pagaron 61 millones de pesos.
Por otra parte, el mismo reportero que dio la pauta a Sheinbaum para arremeter contra El Universal y Reforma, también le “preguntó” sobre la respuesta de la gente durante su visita a los familiares de las víctimas, efectuada la tarde del lunes; también la halagó por estar, según dijo, “al pie del cañón” a lo largo del año en diferentes situaciones de emergencia.
El semblante de la presidenta cambió de inmediato y se puso hablar del agradecimiento de la gente hacia su gobierno por el apoyo recibido; se dijo complacida por el humanismo, la solidaridad y la humildad que le muestra “el pueblo”.
“Ya ni vale la pena hablar de personas que no tienen, la verdad, ni el más mínimo, empatía con las víctimas… A diferencia, fíjense, ayer con las personas que perdieron un familiar, agradeciendo el trabajo del Gobierno. Entonces, de verdad, quita el aliento la generosidad de la gente. Y nosotros aprendemos del pueblo. Eso es lo que nos tiene que mover: la generosidad, el apoyo, la humildad en el trato, la sencillez y al mismo tiempo, la profundidad en el apoyo a las víctimas. Y ahí nunca nos vamos a equivocar”, señaló.
La actitud de la titular del Ejecutivo hacia El Universal y Reforma, fue severamente criticada por periodistas y usuarios de redes sociales.
Marco Levario Turcott, director de la revista Etcétera, publicó en su cuenta de X: “Claudia Sheinbaum (@Claudiashein): Arremetes contra @El_Universal_Mx y @Reforma porque no son parte de los corifeos del oficialismo que siguen tu dictado. El periodismo es así, refleja hechos y, en este caso, las víctimas de la ineptitud del gobierno (El Universal también demostró que la ASF advirtió sobre los riesgos del tren). Sí, hay víctimas, tienen nombre y apellido. También hay historias rotas que el periodismo narra. Esas historias que jamás vas a callar”.
En la misma red, el periodista Salvador García Soto, escribió: “A la presidenta no le indigna la corrupción que está detrás de esta tragedia, no le conmueve la pérdida de vidas que causó esa obra corrupta. Mucho menos está enojada con los responsables del #TrenInteroceánico u ordena destituirlos e investigarlos. Lo que le indigna a la presidenta es la portada de un diario que solo hace su labor periodística de nombrar e identificar a los 13 muertos que dejó ese servicio público”.
Por su parte, la directora del sitio digital Eme Equis, Sandra Romandía, posteó: “La presidenta @Claudiashein dice que hacer periodismo es una vileza y una falta de humanidad. Criticó que @El_Universal_Mx diera rostro a las víctimas de una negligencia criminal y que @Reforma investigara, con datos documentales previos, las fallas en el tren. Esa es la “vileza” para quienes están en el poder: olvidar que reportajes icónicos —como el de @NewYorker , cuando puso nombre y rostro a las víctimas de la bomba atómica— cambiaron para siempre la forma de mirar las tragedias. O que trabajos de @nytimes y @washingtonpost, que hurgan en antecedentes y fallas estructurales tras desastres, no solo han sido legítimos, sino históricamente reconocidos. Esa reacción es un exceso antidemocrático incompatible con una jefatura de Estado”.
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