La periodista Peniley Ramírez exhibió palmariamente a Pablo Gómez Álvarez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, como un mentiroso: sí está investigando a Carlos Loret de Mola, mientras ha mostrado su ineptitud y su conveniencia al no hacerlo con los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Después de que en las dos semanas anteriores Ramírez había mostrado en su columna en Reforma que el gobierno mantiene una investigación no sólo contra Latinus sino contra Loret, su esposa y Víctor Trujillo, el tabasqueño lo negó y para ello ordenó que Gómez Álvarez se presentara a informar del asunto, lo que hizo el pasado miércoles en la conferencia de prensa presidencial.
Allí, el viejo dirigente del Partido Comunista asumió con absoluta naturalidad el habitual tono de mendacidad de López Obrador y Elizabeth García Vilchis, con quienes compartió cartel ese día. Con total desfachatez, Gómez Álvarez afirmó lo siguiente sobre las investigaciones para las que se le citó: “Ahora bien, Loret de Mola no es parte de una denuncia que ha presentado la UIF hace ya varios años en contra de los delitos de corrupción y operaciones con recurso de procedencia ilícita, que a juicio de la UIF ha estado cometiendo un consorcio que se denomina Latinus.
“Conclusión. De las actividades administrativas que llevan a cabo la Unidad de Inteligencia Financiera, ninguna corresponde con el señor Carlos Loret de Mola. El señor Carlos Loret de Mola no aparece como accionista, codueño, ejecutivo, manager, gerente de un consorcio empresarial que se llama Latinus, que es otra cosa, independientemente de que él, junto con otras personas más, les preste servicios y les cobre. Pero Latinus es un consorcio en sí mismo, no forman parte del mismo las personas o los periodistas que trabajan, prestan servicios ahí y en otros lugares.
“Ahora, la denuncia que presentó la UIF hace años contra Latinus no lleva incluido ningún periodista, ningún profesional de la comunicación ni persona que se dedique a esta actividad”, mintió Gómez Álvarez, quien en 2006 aprobó como legislador la llamada “Ley Televisa”.
Sin embargo, como había anticipado Ramírez, este sábado en su columna de Reforma, en esta ocasión titulada “Las omisiones de la UIF”, evidenció a Gómez Álvarez en sus falsedades y en su deliberada política de mantener intocables a los miembros del Clan de los López Beltrán, los retoños del presidente que le ha dado empleo a él y a buena parte de su familia.
Peniley le ayudó al casi octogenario político hoy morenista (al que algunos siguen presentando como líder del 68, aunque fue muy, pero muy menor, muy lejos de, por ejemplo, Luis González de Alba, Gilberto Guevara Niebla, Eduardo Valle, Raúl Álvarez Garín y varios más, algunos de los cuales lo tomaban como blanco frecuente de sus burlas) a saber de las investigaciones que la UIF mantiene no sólo contra Latinus, de las que finge no saber.
“Para ayudarle con sus propios archivos, comparto algunos números de oficios que obtuve y la UIF envió a los bancos solicitando información: de febrero de 2024, sobre Carlos Loret de Mola (oficio 110/D/1/108/2024) y Víctor Trujillo (110/D/1/111/2024). De junio de 2023, sobre Claudio X. González (110/D/4/570/2023) y María Amparo Casar (110/D/4/576/2023)”.
Además, contra lo afirmado por Gómez Álvarez, Ramírez mostró, con datos, que en febrero del presente año “la UIF comenzó una nueva indagatoria y pidió a los bancos información de Loret, su esposa (110/D/1/109/2024), su empresa La Nota es la Nota (110/D/1/122/2024) y otras empresas de Latinus”.
A la declaración de Gómez Álvarez de que “vamos a hacer la lucha” para saber quién es el dueño de Latinus, Ramírez hizo notar que “omite investigar a los hijos del Presidente”.
(Llegados a este punto, no está de más recordar que en 1999, en plena lucha por la candidatura del PRD a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, Gómez Álvarez fue el que presentó los más macizos argumentos para evidenciar la evidente ilegalidad de la postulación del tabasqueño, especialmente por el asunto de la residencia.)
En la conferencia de prensa del miércoles, Gómez Álvarez también dijo lo siguiente: “¿Podemos tomar en consideración denuncias en redes abiertas? Sí, cuando se trata de cuestiones ligadas o denuncias de corrupción o de operaciones con recursos de procedencia ilícita, obviamente, ¿no? Siempre lo hacemos, sobre todo cuando se trata de personas políticamente expuestas, que son aquellas personas que están en la lucha política; no todos los servidores públicos, obviamente, son personas políticamente expuestas. Pero también sus familiares y sus allegados”.
Y qué mejor ejemplo de “familiares y sus allegados” de “personas políticamente expuestas” que Andrés Manuel y Gonzalo López Beltrán, además de sus buenos amigos: “el Clan”, como bien se les ha llamado en Latinus.
Al respecto escribe Ramírez: “Esta semana, obtuve información de las investigaciones que se abrieron en la UIF desde que se publicaron los reportajes de Latinus y MXvsCorrupción sobre Andy y Bobby. Y ahí queda claro: la UIF investigó solo a algunos de los implicados, a varios periodistas, pero a ninguno de los allegados al Presidente”.
Así, Gómez Álvarez ha garantizado, por el lado de la UIF, la impunidad al no indagar no sólo a los López Beltrán sino a varios de sus amigos, como Amílcar Olán (empresario que prosperó, nada casualmente, en este sexenio), parte clave del esquema del presumible tráfico de influencias en que han incurrido “familiares y allegados” de una persona políticamente expuesta, como López Obrador.
“Gómez miente cuando dice que no hay investigaciones contra Loret, omite que no se ha investigado a personajes políticamente expuestos y no dice que, tanto a Latinus como a MXvsCorrupción, los indagaron justo después de publicar reportajes sobre los hijos del Presidente”, señaló Ramírez, quien finalizó su artículo de la siguiente manera: “Ojalá que estos detalles, los números de oficio y los nombres de las empresas y personas que no han investigado ayuden a que a Gómez y a la UIF se les refresque la memoria”.
Pero el asunto es mucho más que meramente mnemotécnico: es deshonestidad desbordada y, probablemente, corrupción.
Por otra parte, la tarde de este sábado la UIF informó que Gómez Álvarez fue hospitalizado en una unidad del ISSSTE no por infarto sino debido a una taquicardia provocada por deshidratación, pero que se encuentra bien y estable.