Las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) sobre la operación de tráfico de armas Rápido y furioso no terminará con varios exfuncionarios contra quieres se giró órdenes de aprehensión, sino que implicarán a Felipe Calderón Hinojosa y a Eduardo Medina Mora, quienes en la época de los hechos eran presidente de la República y titular de la Procuraduría General de la República (PGR), respectivamente, considera Javier Tejado Dondé.
El pasado domingo se informó que la FGR obtuvo siete órdenes de aprehensión contra presuntos implicados en la operación Rápido y furioso, realizada entre 2009 y 2011 por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos del gobierno de Estados Unidos para investigar el tráfico de armas hacia México. Los tres principales inculpados son Genaro García Luna, quien fue secretario de Seguridad Pública; Luis Cárdenas Palomino, que era coordinador de Inteligencia para la Prevención del Delito de la Policía Federal, y después se encargó de la División de Seguridad Regional de la misma dependencia, y el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, el Chapo.
En un artículo titulado “Felipe Calderón, el expresidente a juicio”, publicado en El Universal, Tejado Dondé considera como evidente que la pretensión de la FGR es llevar el asunto hasta “sus últimas consecuencias”, por lo que no se detendría en los exfuncionarios contra los que ya hay órdenes de aprehensión sino que irá contra Calderón Hinojosa y Medina Mora.
El articulista afirma que, de las siete órdenes de aprehensión giradas por el caso (de las que no se ha brindado públicamente mayor información), además de las dedicadas a García Luna y a Cárdenas Palomino, las restantes cinco “son contra exfuncionarios de nivel intermedio de dependencias de seguridad y procuración de justicia, también de aquella época”.
Acerca de los exfuncionarios contra los que hay órdenes de aprehensión, dos ya detenidos, Tejado Dondé anota que la FGR buscará convertirlos en testigos colaboradores, se beneficien del criterio de oportunidad y delaten a Calderón Hinojosa y a Medina Mora.
Lo anterior es enmarcado por el colaborador de El Universal en un contexto político muy claro: el proceso de la revocación de mandato y de la pasada consulta sobre juicios contra actores políticos del pasado (contra expresidentes, en el argot del oficialismo). Pero también da el marco de inseguridad actual: las sospechas generadas sobre los vínculos de grupos delictivos de importantes con importantes funcionarios como Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos, y Eric Cisneros Burgos, secretario de Gobierno de Veracruz.
“Desde luego, deben rendir cuentas quienes autorizaron y/o hicieron un operativo que causó la pérdida de vidas inocentes, pero habrá que evaluar los grados de conocimiento/involucramiento de cada funcionario”, añade sobre el asunto Tejado Dondé.
El 7 de mayo de 2020 el expresidente Felipe Calderón publicó en su cuenta de Twitter un hilo en el que negó que su gobierno haya establecido un acuerdo con Estados Unidos para la introducción de armas en México; por el contrario, aclaró, le exigió al gobierno estadounidense detener ese tráfico.
“La llamada operación ‘Rápido y Furioso’ fue un operativo secreto, cuyo implementación (sic) y resultados fueron revelados a agencias mexicanas en la medida en que fueron del conocimiento público resultados negativos no deseados por sus autores en el Departamento de Justicia”, escribió Calderón.
Por su parte, en 2015 Medina Mora también rechazó haber autorizado Rápido y furioso, operación a la que consideró “impertinente e inconducente al combate de una práctica criminal de la mayor gravedad como es el tráfico de armas”.
Y agregó: “La operación Rápido y furioso no se llevó a cabo durante mi gestión como procurador general de la república, por lo cual es obvio que no pude haber autorizado, conocido, estar involucrado o siquiera estar enterado de forma alguna de la misma”.
