Otra vez, los farsantes de la 4T tuvieron que recurrir a los más violentos bandazos políticos y morales para intentar justificar que los Yunes, padre e hijo, denunciados y denostados desde hace años por el presidente Andrés Manuel López Obrador y por muchos de sus seguidores, les hayan dado el voto de la victoria en la reforma judicial. Al mismo tiempo, contradictoria y absurdamente, quisieron mantener intactas su “autoridad” y “pureza” morales.
El lunes, el senador Miguel Ángel Yunes Márquez prácticamente desapareció; por supuestos problemas de salud, el martes al mediodía el martes, de su padre y suplente en el Senado entre vítores de los morenistas y aliados, siempre adecuadamente escoltado por destacados personajes del oficialismo, y, finalmente, la reaparición del propietario para anunciar el sentido de su voto y, efectivamente, ejercerlo: el voto 86 para concretar el regalo para López Obrador.
Tras ello, se tuvo que poner en marcha la operación para intentar justificar el voto obtenido e intentar ocultar la forma en que le fue entregado a la mayoría para que pudiera convertirse en calificada.
La primera que estuvo en el brete fue la senadora, secretaria general de Morena y próxima titular de la Secretaría de la Mujer, Citlalli Hernández. En efecto, ella el 31 de marzo de este año, en plena campaña electoral por la gubernatura de Veracruz, acudió al estado; en su cuenta de X dijo que la candidata oficial, Rocío Nahle, “tiene muy nerviosos a los Yunes, por su liderazgo, por el proyecto que representa y por 25 puntos de ventaja. Dos datos que los medios a sueldo no dicen: 1) quien le increpó en la mañana es la cuñada de Miguel Ángel Yunes. 2) toda la familia Yunes aspira a cargos por el PRIANRD. #NoVolverán”.
Más pronto de lo que la próxima funcionaria del gabinete de Sheinbaum se imaginó, los Yunes volvieron. Fue Hernández la que anunció el voto de los nerviosos fammiliares: en una entrevista matutina con Adela Micha, le adelantó que era “altamente probable” que Yunes acompañaría al oficialismo, y puntualizó: “Ya es casi un hecho”.
Luego manifestó su ignorancia sobre la manera que se consiguió ese sufragio: “Ya en su momento sabremos cómo fue ese acercamiento y bajo qué condiciones, si sólo fue un acto de alejarse del PAN y venir a Morena, que también eso para algunos signifique lo que algunos de repente dicen: ya como limpiarse la cara. Pero yo no me atrevería a decir que de por medio hay una negociación que implique impunidad, que implique corrupción. Vamos a ver, no conozco la negociación, pero vamos a ver qué fue lo que pasó, por qué hubo acercamiento”.
Cuestionada por la periodista acerca de si se vale obtener ese voto con personajes tan “impresentables”, la morenista dijo que esa crítica con ellos porque no están “a la altura del pueblo de México y no a la altura de nuestra visión de hacer política”, pero que no se trataba de que se unieran a sus filas ni tampoco de darle un espacio en el gobierno, pero que “el fin nunca justifica los medios. Pero en el parlamento hay diálogo constante con todas, con todos”.
Justificó la pérdida de asepsia de Morena en aras de los acuerdos con los Yunes: “No siempre es lo ideal; no siempre se cuenta con la total pureza (sic) con la que quisiéramos, pero, bueno, también la política es diálogo, construcción de acuerdos. Ojalá sean acuerdos que no dañen nuestras convicciones, nuestra autoridad moral (sic), pero creo que es una buena noticia que hoy podamos sacar la reforma del Poder Judicial”.
Posteriormente, en un tuit, Citlalli Hernández hasta se dio el lujo de regañar al dirigente nacional panista por haber perdido a tan valioso elemento: “Sin saber el sentido de su voto, sin tener comunicación (sic) con él, @MarkoCortes llamó a la expulsión a Miguel Ángel Yunes. Lo alejó de su partido. No cabe duda, que es el peor dirigente que ha tenido @AccionNacional”.
Quien no está nada de acuerdo con Hernández con que el fin no justifique los medios es otro de los más notorios farsantes: el Monero Hernández, quien, un poco a regañadientes pero con satisfacción final, reivindicó la utilización de la corrupción para hacer avanzar el movimiento.
No está de más recordar que en abril de 2016, en la Feria Internacional del Libro en Xalapa, Veracruz, los moneros Hernández, Helguera, Rapé y Patricio dieron una conferencia en la que se presentaron como Pipo, Toño, Pato y Rafa, todos con apellido “Yunes”, en una suerte de sketch en el que mutuamente se acusaban “corruptos” y “rateros”, en una más que obvia referencia. Allí, el primero dijo incluso que “más de uno estará pensando: ‘Ojalá que se quede Duarte’”.
Ocho años después Monero Hernández se convenció que la reforma judicial justifica la corrupción. En una entrevista con Jesús Escobar Tovar acerca de la aprobación de esa iniciativa, dijo: “Yo creo que la reforma va más allá de Yunes, aunque sí no deja de ser muy lamentable que se recurra a este tipo de personajes; es muy paradójico que, para vencer a la oposición corrupta, se tenga que recurrir a un opositor corrupto”.
No mencionó la forma en que el gobierno y el partido que apoya habrían logrado convencer a ese tipo de personajes, pero prácticamente presumió que fue también por un acto de corrupción, aunque no se atrevió a llamarle por su nombre: “Eso es lamentable, pero, por otro lado, pareciera que sólo así puedes lograr una mayoría para tener algo que sí es muy importante para el país. Es lamentable que no se puedan lograr ciertos objetivos que son importantes para lograr una transformación en un país sin tener que recurrir a prácticas viejas. Es triste ver que, en ciertos momentos, una transformación hacia un nuevo régimen supuestamente alejado de la corrupción, pues tengas que seguir usando mecanismos antiguos”.
Con un rostro compungido, el monero siguió sin tener la valentía de nombrar a la corrupción y prefirió llamarla “antes”; dijo: “Recordé esta frase que ha dicho mucho López Obrador en los últimos días: ‘Antes como antes, y ahora como ahora’. Pues sí, pero a ‘ahora’ a veces necesitamos de ese ‘antes’ para poder avanzar”.
El monero, muy beneficiado en los gastos de publicidad de los gobiernos federal y de la Ciudad de México, añadió que en el transcurso del martes se le ocurrieron cartones sobre los Yunes (primero el padre, después el hijo), pero terminó haciendo uno sobre Norma Piña. Muy difícil que haya sido casualidad.
Por su parte, Rapé se ahorró cualquier comentario sobre los Yunes y fue lacónico: “Hoy perdió la tiranía de la hipocresía”.
Otro de los propagandistas oficialistas, Julio Hernández López, “Astillero”, aún se pregunta, de forma mustia y después de tantos hechos que se han visto, sobre los “principios” de Morena debido al voto de la familia veracruzana. Así, escribió en su cuenta de X: “En realidad, los #Yunes no son traidores. Al contrario, son congruentes: siempre han entendido y ejercido la política en términos de la suciedad ahora nuevamente manifiesta. Lo procedente es preguntarse si la llamada 4T está siendo congruente o está traicionado sus principios”.
El productor de narcoseries y de infomerciales para el presidente López Obrador, Epigmenio Ibarra, no podía quedarse atrás: apenas el 13 de julio retuiteó en X una nota de La Jornada: “Juez gira orden de aprehensión en contra de Yunes Márquez”.
También comentó un tuit de Jorge Gómez Naredo que decía que el intercambio entre Marko Cortés y Yunes era una “telenovela”; Ibarra escribió al respecto: “Una muy mala telenovela; más bien un sainete”. Ya no hubo referencia a alguna orden de aprehensión.
En una de las respuestas al deudor de Bancomext y comunicador predilecto del régimen, un tuitero le cuestionó: “Señor, ¿qué opina de que un YUNES apoye a Morena a cambio de favores políticos? Y más: ¿qué opina de que Morena recoja la basura política que tanto criticó por años? Solo les falta Lily Téllez y Felipe Calderón. ¿Podrán caer más bajo? Saludos…)”.
Epigmenio Ibarra no contestó.
Para fugarse de las acusaciones de López Obrador sobre los Yunes y evadir el asunto de las enormes carencias morales del tabasqueño, su partido, su alianza y sus propagandistas, Gómez Naredo intentó centrar el asunto en la oposición y Yunes. Así, tuiteó el reclamo de Cortés contra éste y dijo que se trataba de “una telenovela”; luego, que a aquella le dolía el voto del político veracruzano, lo que provocará que “echen espuma de la boca durante muchos, muchos meses”.
Y, poniéndose del lado del Monero Hernández, tuiteó que hay personas “indignadísimas” porque a favor de la reforma más importante sobre “erradicación de la corrupción de los últimos 50 años” haya votado un Yunes. Dejando de lado cualquier pudor del que ha mostrado en muchísimas ocasiones y sin explicar cómo un tipo como ese senador fue persuadido de cambiar su decisión, Gómez Naredo remató: “Si la votó Yunes o no, lo importante e histórico es que se aprobó”.
Otro farsante que no puede faltar en estas lides es Ricardo Sevilla, quien apenas en enero de este año, en un video para Sin Censura, denunció que Yunes Linares fue uno de los directores del ISSSTE corruptos “hasta el tuétano”. Para mejor condenarlo, recalcó que era “prianista” y lo remachó al decir que fue “uno de los personajes más atascados, tanto que, a finales de 2020, en este sexenio fue denunciado por la UIF” por enriquecimiento ilícito y operación con recursos de procedencia ilícita. Pero acusó a Alejandro Gertz Manero de atorar las denuncias.
Para el 12 de septiembre la amnesia hizo presa de Sevilla, quien, exultante, escribió sobre Yunes Linares, “el personaje atascado”: “YUNES YA DECIDIÓ! Y dará a conocer su voto esta tarde! Y afirma que ‘se equivocó rotundamente @MarkoCortes’ Y asegura que el líder del PAN prejuzgó y amenazó con expulsarlos. Marko no esperó a conocer cuál sería el sentido de su voto. ‘Yo llegué con la mejor disposición’”.
Por la noche del martes, continuó el entusiasmo de Sevilla por los Yunes, ahora por Márquez: “LA DERECHA SE DERRUMBA! Ahora mismo! Yunes anuncia que votará a favor de la reforma al Poder Judicial! @MYunesMarquez declara que, en la decisión más difícil de su vida, ha decidido votar ‘a favor del dictamen para crear un nuevo modelo de impartición de justicia’”. Ya no recordó las denuncias contra esa familia, especialmente contra su cabeza.
Apenas en julio Juncal Solano denunciaba al para entonces senador electo por la oposición: “Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del ex Gobernador de Veracruz, huyó a Florida, Estados Unidos previo a una audiencia y le pidió al juez comparecer en videoconferencia Otro PANista más que escapa como el cobarde que es de la justicia. Se le acusa por los delitos de uso de documento falso, falsedad ante la autoridad y fraude procesal”.
El 10 de septiembre ya trató de otra forma a la familia: al mostrar las imágenes de la llegada de Yunes Linares entre aplausos del morenismo, Solano tuiteó: “Así llegó al Senado, Miguel Ángel Yunes Linares, al Senado para suplir a su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez. Tomó protesta como Senador suplente, lo acompañó Adán Augusto López Hernández”.
Solamente dos meses después de que le llamó “cobarde”, Solano celebró al hijo Yunes: “El Senador, Miguel Ángel Yunes Márquez, confirma que votará A FAVOR de la reforma al Poder Judicial. Se acabó, hay mayoría calificada. Día de luto para los PANistas. #LaReformaVa”.
Así fue una exhibición moral más de los farsantes de la 4T.