Mediante diversos oficios, el gobierno capitalino presionó a la empresa noruega DNV, encargada del peritaje independiente del tramo colapsado de la Línea 12 del Metro, para que cambiara varias de las apreciaciones en su tercer y final informe.
Según la nota “Gobierno de la CDMX exigió a DNV cambiar su informe en el que señala fallas de mantenimiento en la Línea 12”, de Isabella González y Mario Gutiérrez Vega, publicada por Latinus, la autoridad capitalina dirigió cuatro documentos a la empresa en los que le advirtió que tiene derecho, según el contrato, de cambiar el contenido de los reportes.
Los reporteros destacan en su nota algunos de los señalamientos hechos por la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil a DNV por deficiencias en su reporte: uso de imágenes de Google Maps y Google Earth para el análisis técnico estructural con el que detectó daño en el tramo elevado, aunque no hace referencia de la capturadas por drones, contratados por el propio gobierno, en una inspección.
Otros puntos que señaló en sus oficios la secretaría mencionada contra el tercer informe de DNV fue que no utilizó la metodología BSCAT, que, argumentó, ha utilizado en España y en Estados Unidos, además de diversos problemas en el análisis de la barreras (los factores que pudieron prevenir el colapso) que propuso ni la aplicación de ellas con el análisis SCAT.
Entre las barreras que el informe final de DNV destacó están tanto las inspecciones como el mantenimiento del tramo que finalmente colapsó el 3 de mayo de 2021, pero las autoridades capitalinas han querido que insista y profundice en los aspectos del diseño y la construcción de la obra, señalados en los dos primeros reportes y que exime a los funcionarios del actual gobierno de responsabilidades.
En la última respuesta que DNV dio a las observaciones de las autoridades capitalinas el 31 de marzo se puede leer lo siguiente: “Se realizaron diversas reuniones presenciales con personal del comité de apoyo del contrato, en las cuales recibimos y analizamos cada una de las observaciones, aplicando aquellas que fueron técnicamente aceptables y justificando aquellas que no eran aplicables ya que podrían cambiar el contexto del análisis y sus resultados”.
Y la empresa noruega añadió a esta última respuesta envió la factura correspondiente a su tercer reporte, que fue por un total de 10 millones 898 mil 100 pesos. Apenas el lunes pasado Claudia Sheinbaum informó que no se ha pagado.