En el proyecto de Presupuesto de Egresos 2019, el Gobierno de México destinó recursos por 416 millones 940 mil 268 pesos para el pago de la anualidad del avión presidencial, actualmente guardado en una bodega en Estados Unidos, a la espera de un comprador interesado en él.
De acuerdo con un reporte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) consultado por El Financiero, el vehículo aéreo TP-01, José María Morelos y Pavón, tuvo un costo de 5 mil 213 millones de pesos, de los cuales a la fecha se han pagado apenas mil 622 millones de pesos, y mientras no se concrete la operación de traspaso, el gobierno mexicano debe programar partidas presupuestales de hasta 451.4 millones de pesos para la anualidad, más 45 millones de pesos adicionales por operación y mantenimiento.
Dos días después de que Andrés Manuel López Obrador asumiera la presidencia, Jorge Mendoza, director del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), dio a conocer el plan para su venta y anunció que la aeronave, adquirida en noviembre de 2012, saldría definitivamente de México, a fin de dar cumplimiento a la promesa presidencial y hacer un “mejor uso” del hangar que lo albergó.
Explicó entonces que la SHCP entablaría contacto con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, con el fin de dar transparencia al proceso de su venta; en tanto, se planteó financiamiento de parte de Banobras a la Secretaría de la Defensa para cubrir el costo de la aeronave en un plazo de 15 años.
Un estudio de la consultora Ascend Flightglobal Consultancy, citado por el periódico El País, estima que la venta del aeroplano podría representar pérdidas por un 42.7% de su valor original.
El controvertido avión Boeing 787-8 de la serie Dreamliner, fue adquirida en noviembre de 2012 y se entregó hasta el 3 de febrero de 2016. En dos años y 10 meses de servicio completó 214 vuelos dentro y fuera del país.
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