En este año graves problemas han sido pasados de largo por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos(CNDH). Asuntos como el deficiente servicio de salud con la entrada en funcionamiento del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y los abusos contra los migrantes centroamericanos no han sido atendidos debidamente.
Como se puede ver en su Twitter, por ejemplo, se le ha dado más espacio a la promoción del informe de actividades de la presidenta del organismo, Rosario Piedra Ibarra, sobre las actividades de la CNDH el año pasado, periodo que en su mayoría fue cubierto por su antecesor, Luis Raúl González Pérez, quien entregó el cargo el 16 de noviembre.
También lamentó el deceso del luchador social Pablo Sandoval Cruz, abuelo de Irma Eréndita y Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, secretaria de la Función Pública y delegado del gobierno federal en Guerrero, respectivamente.
Asimismo, celebró una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y difundió atlas de derechos humanos.
Fue el día 20 de enero cuando la CNDH emitió un comunicado de prensa en el que informó que brinda acompañamiento a la caravana migrante procedente de Honduras. Allí, pese a los enfrentamientos que hubo entre la Guardia Nacional y parte de los miembros de la caravana, no ha reportado nada de esos sucesos.
En el comunicado la CNDH no reporta ningún conflicto, que sólo se mantiene vigilante de que las autoridades mexicanas brinden atención a los migrantes (“con especial énfasis a grupos en situación de vulnerabilidad”), que haya respeto a los derechos humanos, que los migrantes cuenten con la información necesaria para solicitar estancia en el país o la calidad de refugiado, ha observado que se tramite su permanencia legal en el país y verifica que los trámites se apeguen a las normas.
Asimismo, la CNDH resalta la “colaboración”que para atender este asunto ha tenido con dependencias como la Guardia Nacional, el Instituto Nacional de Migración, las secretarías de Bienestar y de Relaciones Exteriores, el Sistema Nacional de Protección Civil, así como con las secretarías de Salud y de Protección Civil de Chiapas.
La información de ese comunicado fue replicado en varios tuits.
Sin duda, hasta ahora la CNDH comparte la visión oficial del asunto: pese a que se han registrado enfrentamientos entre la Guardia Nacional y migrantes hondureños, de que se haya usado gas lacrimógeno para contenerlos y dispersarlos, del retorno asistido (deportación, para usar otra palabra) a su país, no hay un pronunciamiento claro acerca de esas situaciones.
Acerca del Insabi, de la deficiente atención médica a la población (especialmente de los niños con cáncer), de la falta de medicamentos, de la desorganización y confusión en que ha sido puesto en funcionamiento el nuevo sistema de salud, entre otros puntos que está afectando el derecho a la salud de los mexicanos, no ha habido una declaración puntual de la CNDH.
Por si fuera poco, como ayer informaron varios medios, la Comisión está trabajando sin titulares de sus Visitadurías Generales, que son los encargados de brindar medidas cautelares, atender quejas e inconformidades, iniciar investigaciones para proyectos de recomendación y acuerdos, entre otros. Ocurrió que Rosario Ibarra designó a tres de los seis visitadores sin cumplir con los requisitos que establece la Ley de la CNDH. Al respecto, se ha hablado incluso de una “reingeniería” de la institución.
Además, ante la revelación de los datos de homicidios del año pasado, casi 35 mil 600, tampoco la CNDH se ha pronunciado, ni acerca de la elevada impunidad que hay en la atención a esos casos.