Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo que, ante la cantidad de “dardos lanzados” y de tanta inventiva, “da fe” de que el mandatario está infectado de Covid-19 y que se encuentra “guardadito”, pero que en dos o tres días será dado de alta.
Durante un acto cultural, un “fandango por la lectura” realizado en Tabasco, estado natal de López Obrador, a propósito de una pregunta sobre los libros, Gutiérrez Müller se refirió a que su esposo se encuentra infectado de Sars-Cov-2, aunque comparó la enfermedad producida con el coronavirus con una gripe, y fustigó la desinformación que se ha esparcido al respecto.
En su intervención en el evento de lectura, al que también acudieron Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y Wolfgang Dold, embajador de Alemania en México, Gutiérrez Müller, quien no es médica, atajó: “Yo doy fe de que él fue contagiado por Covid. Está muy bien, es una gripe fuerte, fuerte, fuerte (…) No podría yo no tocar este tema frente a la cantidad de dardos que han lanzado, que mis respetos para tanta inventiva”, y agregó que a quienes se han dedicado al rumor y la intriga les invitará a los fandangos por la lectura para que su tiempo libre “lo ocupen en cosas muy productivas”.
Así, sin referir la falta de información oficial insuficiente y veraz, la historiadora agregó que “les quiero decir que la única y auténtica verdad es que nuestro presidente está muy bien. Eso es lo primero. Él fue contagiado por Covid-19, y como todos saben porque vivimos la pandemia (…) aprendimos que una de las formas de curarnos y no contagiar es el aislamiento. Entonces el presidente está guardadito, reposando, como debe ser”.
Añadió sobre el presidente: “Lo dejé dormido. Está tomando un tratamiento (ya lo informó el doctor Alcocer), y en dos o tres días seguramente lo darán de alta. Entonces él podrá explicar de viva voz cómo se contagió”.
Gutiérrez Müller se refirió a una ventaja de la lectura: “Leer es una buena forma de ocupar para unos el tiempo libre, para otros convertirlo en un modo de vida, ¿y con qué objeto? Con el objeto de no creer murmuraciones, de no amplificar los hechos que no ocurrieron o de inventarlos con fines perniciosos”.
Y enderezó una crítica contra quienes especularon desde el domingo: “Últimamente hemos leído, hemos escuchado muchos rumores, chismes, argüendes, personas que saben mucho pero que tienen una vastísima imaginación y son capaces de mirar la realidad, transformarla (no necesariamente en buen sentido), exagerar, amplificar, modificar, alterar (en la lingüística se dice ‘deturpar’) los hechos, las palabras, los dichos. Eso está mal como ejercicio creativo para quienes informan cosas”.