El cadáver del periodista Julio Valdivia, quien trabajaba para el periódico El Mundo, fue hallado en las vías del tren en la comunidad de Motzorongo, en el municipio de Tezonapa, Veracruz. Su cuerpo se encontraba sobre las vías, decapitado, a unos metros de la motocicleta que usaba para su labor.
El reportero, de 44 años y quien era el único sostén de su familia, se encargaba de la cobertura de El Mundo en la región de Tezonapa. Según algunas versiones, había sido amenazado.
El hallazgo del cuerpo del reportero provocó la movilización intensa de cuerpos de seguridad municipales, estatales y hasta federales.
En su cuenta de Twitter el gobierno de Veracruz condenó el crimen y se comprometió a que no habrá impunidad, por lo que se coordinará con la Fiscalía General de la entidad para dar con los responsables de este homicidio.
Por su parte, la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas informó que Valdivia no contaba con protección especial porque no había reportado amenazas o alguna situación que pusiera en riesgo su seguridad. Condenó el homicidio y exigió a las autoridades “investigar a profundidad en lo relacionado a su actividad periodística, y esclarecer los hechos que permitan identificar y dar con los responsables”.
Finalmente, la Comisión también condenó “la inseguridad en que se desarrolla la actividad periodística en el Estado”.
El crimen ya tuvo repercusión internacional: el Comité para la Protección a Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) llamó a las autoridades “para que investiguen los terribles hechos en Veracruz y den con los responsables del homicidio del periodista Julio Valdivia”.
En redes sociales se anuncia una protesta por el asesinato para este jueves frente al Palacio Municipal de Córdoba, Veracruz.
En los últimos tres gobiernos estatales se han registrado 25 asesinatos de periodistas, 17 durante el mandato de Javier Duarte, cinco en el de Miguel Ángel Yunes y ya van tres en el de Cuitláhuac García.