La calificadora HR Ratings indica el deterioro de la calidad crediticia de México al bajar su calificación soberana y dejarla en la categoría de HR BBB+ con perspectiva negativa. Advirtió una fuerte recesión para este año.
Según explica en un comunicado la agencia mexicana, lo anterior se debe al incremento del riesgo derivado de choques exógenos sobre las cadenas de valor globales, como el impacto del Covid-19; la caída del precio del petróleo y el deterioro de las condiciones fiscales de los países con alto endeudamiento.
HR Ratings considera que el dinamismo de la economía del país, sus cuentas externas y sus finanzas públicas podrían verse muy afectadas por los efectos de lo anterior en el corto y mediano plazo.
La calificadora también destacó el papel de Petróleos Mexicanos en la circunstancia del país: dice que el gobierno mexicano ha hecho grandes inyecciones de capital, una monetización de pagarés y beneficio fiscal en pago de derechos de producción de petróleo.
Gracias a ello Pemex logró mantener su deuda en niveles similares al año anterior, pese a los bajos niveles de producción y resultados financieros.
Sin embargo el gobierno mexicano busca seguir invirtiendo en la empresa y reducir su carga impositiva para aumentar su liquidez, sus niveles de reservas, y sus capacidades de producción de crudo y de refinación en los plazos corto y mediano.
HR Ratings advirtió: “Es importante destacar que, en parte, la calificación y perspectiva actual está sujeta a revisión en el corto plazo, dependiendo, entre otros factores, de la capacidad de Pemex de parar y revertir las reducciones en su producción de crudo”.
Sobre el aspecto global del petróleo, la calificadora dice que “nuestros estimados contemplan que el precio por barril de la mezcla mexicana pudiera cerrar alrededor de los 32 dólares a finales del 2020 y mantener un promedio por debajo de los 48 dólares por barril para los siguientes años”.
Apenas el jueves pasado Standard & Poors Global Ratings había bajado la calificación soberana de México a BBB debido al impacto que se espera por el Covid-19 tanto en el país como en Estados Unidos y la caída en los precios internacionales del petróleo.
Entonces S&P consideró que “estos choques, aunque temporales, empeorarán la ya débil dinámica de la tendencia de crecimiento para 2020-2023, que refleja, en parte, menor confianza del sector privado y el poco dinamismo de la inversión”.