La senadora Ifigenia Martínez Hernández se desmarcó del decálogo del diputado Porfirio Muñoz Ledo y manifestó su respaldo al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, al que dice considerar como “consumación” del movimiento iniciado en 1988.
Apenas este martes Muñoz Ledo había presentado en redes sociales un documento a nombre suyo y de la senadora Martínez Hernández sobre la fundación del llamado Movimiento por la República, en el que se plantea que en lo que resta del gobierno de López Obrador “debiera consumarse el movimiento libertario que iniciamos en 1988”.
El texto plantea un decálogo para la renovación del proyecto nacional, entre las que están la división de poderes (que el Congreso deje de estar supeditado al Ejecutivo), respeto al sistema federal y municipal (evitar súper delegados y que haya convención fiscal), independencia del Poder Judicial (rechazo a la prolongación del mandato del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación), respeto a los órganos constitucionales autónomos (límites al poder absoluto) y a la sociedad civil y sus organizaciones (cese a la intolerancia y a la descalificación).
También respeto a los derechos indígenas y de los migrantes, a la pluralidad del país (que el gobierno escuche a la sociedad), a la opinión informada sobre la situación del país, a la soberanía en un mundo globalizado y respecto a la voluntad soberana de los ciudadanos mexicanos (rechazo al caudillismo).
Cierra con la siguiente proclama: “Polarizar es paralizar. Concertar es progresar”.
Como se ve, se trata de un documento enderezado contra muchos de los pilares políticos del gobierno de López Obrador.
En una carta la senadora Martínez Hernández se deslindó de la carta y de lo que llamó “Encuentro por la República”, e hizo una apología del gobierno actual, al que llamó “consumación del movimiento que iniciamos en 1988: un gobierno democrático y justo, con objetivos nacionalistas y una ideología de izquierda”.
Según Martínez Hernández, a 30 años del impulso y creación de la Corriente Democrática (aunque este grupo se fue integrando dentro del PRI cuando menos hace 35 años, en 1986), hoy su entusiasmo y confianza están “depositadas en este gobierno establecido en 2018 y fundado en el sufragio de millones de mexicanos”. Y afirma que este camino es el correcto, “promoviendo las metas y objetivos que compartimos desde el inicio”.
Martínez Hernández concluyó con un llamado a favor de la unidad, la pluralidad y la construcción de consensos. Prácticamente nada que ver con el llamado que Muñoz Ledo también presentó a su nombre; más bien, hizo una defensa del actual gobierno.
Apenas el pasado 8 de mayo Muñoz Ledo había difundido en redes sociales una fotografía en la que se le ve al lado de Martínez Hernández y de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, con el siguiente mensaje: “Hoy como hace 35 años nos reunimos los tres grandes luchadores de la democracia contemporánea, la Senadora @IfigeniaMtz, el Ing. @c_cardenas_s y yo. Analizamos detenidamente los problemas políticos y económicos por los que atraviesa nuestro querido país”.
Apenas el 1 de abril pasado, en el marco de la marginación de Muñoz Ledo para reelegirse como candidato a diputado por Morena, Martínez Hernández publicó un video en el que lo defendió: “Estoy profundamente sorprendida, hasta el grado de no creer, que a estas alturas a mi amigo y compañero, y gran mexicano de indudable valía entre los activos de nuestra nación: Porfirio Muñoz Ledo, no se le haya distinguido con una referencia a llamados que él continuamente ha hecho en bien de la República. Su posición en el Congreso es, para todos los mexicanos, una muestra y un activo que debemos de aprovechar y oír sus sanas advertencias de un demócrata que ha tenido, en el curso de su vida, un servicio para la nación como muy poca gente. Veamos cuáles son sus proyectos inmediatos y estemos detrás de él.
“Espero y apoyo que Porfirio sea reelecto para el segundo término en la Cámara de Diputados. Su valiosa labor no ha terminado. ¡Estamos contigo, Porfirio!”.
La amistad y el compañerismo de Martínez Hernández y Muñoz Ledo data muy probablemente de hace más de 35 años, desde cuando ambos militaban en el PRI, partido en el que, desde 1986, constituyeron la Corriente Democrática, grupo que pedía cambiar el método de selección de candidato presidencial del partido y rechazaba el modelo de economía neoliberal. Como fruto de esa lucha dejaron ese partido y en 1988 se convirtieron, con apoyo del Frente Democrático Nacional, en senadores de la República por el Distrito Federal.
Después militaron en el PRD y posteriormente en Morena. Hoy, él a sus 87 años y ella a sus 90, en un ambiente de polarización provocado y alentado por López Obrador, al parecer políticamente Porfirio e Ifigenia ya están en distintas trincheras.