El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) ofreció disculpas al ciudadano Audelino Macario Rodríguez por los excesos cometidos por algunos guardias de seguridad que el pasado 6 de febrero le prohibieron tomar fotografías con su celular y tripié al exterior del Palacio de Bellas Artes.
A través del oficio SGPAI/0343/2017, el Dr. Xavier Guzmán Urbiola, subdirector general de Patrimonio Artístico Inmueble del INBA, refirió que aunque para fines comerciales se deben de expedir determinados permisos, aclaró que puesto que no existe reglamento específico sobre tomas turísticas, de recuerdo, ocasionales, etcétera, éstas se pueden realizar sin ninguna restricción.
“Puesto que no existe un reglamento específico sobre el tema de las tomas fotográficas con fines de recuerdo, autorretrato, temas ocasionales, recreativas, registros de turistas, tareas escolares, etcétera, las reproducciones del monumento que no tienen ningún fin comercial, a pesar de estar hechas con tripié, se pueden realizar sin restricción alguna”, señala.
Asimismo, subraya: “Impedir que los capitalinos o visitantes fotografíen un edificio emblemático que refleja su identidad, no es conducente y, en cambio, que lo hagan resulta benéfico pues fomenta su cercanía”.
Fue el pasado 6 de febrero cuando guardias de seguridad del Palacio de Bellas Artes le impidieron al ciudadano fotografiar el recinto desde su exterior con su celular y tripié. Sin mostrar alguna orden de restricción o tener claro el reglamento, los elementos simplemente alegaron la prohibición, incluso llamaron a Seguridad Pública con el objetivo de remitirlo al Juez Cívico por un supuesto desacato a la ley.
Sin embargo, cuando llegó el elemento de la Policía Preventiva, conoció de los hechos y preguntó por el documento textual de la supuesta prohibición, los agentes contratados por el INBA admitieron su desconocimiento.
Ante ello, el oficial les pidió que se retirarán pues no existía violación alguna a las leyes cívicas y la simple toma de una fotografía no constituía una conducta ilícita.
Fue así como se presentó un escrito ante el INBA para demandar una explicación por lo sucedido, ya que, según defendió el firmante (con respaldo de periodistas, intelectuales, escritores, artistas plásticos y fotógrafos como Pedro Meyer, Arturo Buitrón, Rogelio Cuéllar, Marco Levario Turcott, Yolanda Andrade, Braulio Peralta, Mauricio Collado, Arturo García Hernández, entre otros) dicha prohibición coarta las Garantías Constitucionales consagradas en los artículos 6º, 7º y 16º de la Carta Magna.
“El INBA se apega pues a lo establecido en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y su Reglamento, y le ofrece una disculpa por los excesos cometidos por algunos guardias (propios o contratados)”, destaca y agrega: “También le comento que se está reforzando el trabajo en su sensibilización y capacitación”.
En la respuesta, el funcionario también citó el artículo 17 de la ley arriba referida el cual establece que “para la reproducción comercial de monumentos artísticas, se requerirá permiso del Instituto competente y, en su caso, se estará a lo dispuesto en la Ley Federal de Derechos de Autor”.
De igual forma mencionó los artículos 38 y 39 del Reglamento de la misma ley que hablan sobre el permiso que debe contar todo aquel que deseé realizar fotografías para fines comerciales.