La indolencia del régimen ante la violencia continúa: la presidenta Claudia Sheinbaum ni siquiera condenó la matanza ocurrida el sábado pasado en Querétaro y ni siquiera mencionó la de Cuautitlán en un fin de semana sangriento, y prefirió explayarse denunciando la presunta corrupción del nuevo líder del PAN.
La noche del pasado sábado, en la ciudad de Querétaro, una camioneta se detuvo afuera del bar “Los Cantaritos” y de ella descendieron cuatro hombres con armas largas que dispararon contra los clientes que estaban en el lugar. La agresión provocó 10 personas muertas a tiros, siete hombres y tres mujeres. Además, 13 personas resultaron lesionadas, varias de ellas de gravedad.
Tras el ataque, los delincuentes huyeron en la camioneta que los estaba esperando. Después fue detenida una persona presuntamente relacionada con la agresión y también fue encontrado el vehículo en llamas en una localidad cercana.
El crimen fue llamado por Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro, como “acto sin precedentes” en esa entidad, y que “es algo que no queremos” y que “no vamos a permitir contaminarnos de lo que está ocurriendo en otras partes de la república. Aquí pueden suceder cosas, pero siempre vamos a responder”.
Apenas un día después, el domingo por la noche, en el bar Bling Bling, en la comunidad de San Francisco Tepojaco, en el municipio de Cuautitlán Izcalli, Estado de México, hubo otra masacre: un grupo de hombres armados llegaron al lugar en varios vehículos y dispararon contra la clientela y los trabajadores, lo que dejó como resultado seis personas muertas, además de cuando menos siete heridos.
La gobernadora Delfina Gómez no se pronunció sobre lo ocurrido en Cuautitlán Izcalli, y este lunes en su cuenta de X presumió que estaba en Ecatepec en la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz y que en ese municipio han disminuido los delitos de alto impacto. Y añadió: “Con #ElPoderDeServir y el apoyo de los tres órdenes de gobierno, continuamos con la construcción de un #EdoMéx seguro para todas y todos. Avanzamos por la paz y el bienestar de nuestra gente”.
La presidenta fue cuestionada este lunes por la mañana en su conferencia de prensa sobre lo ocurrido en Querétaro, y dijo que su gobierno, mediante el secretario de Seguridad Ciudadana y las fuerzas armadas, ha estado en comunicación con el gobernador y que hasta el martes se podría dar más información. Aunque sí dijo que ya había “un detenido e iban por una persona”. Pero ni siquiera lamentó ni condenó lo ocurrido.
Cuando a la mandataria se le insistió sobre Querétaro, volvió a responder que el martes se reúne el Gabinete de Seguridad y que entonces se informará de las investigaciones. Ello contrastó mucho con la amplia información con que contaba sobre Jorge Romero, muy recientemente electo presidente nacional del PAN, sobre el que sí se explayó ampliamente reseñando acusaciones (incluso citó como fuente de autoridad a… ¡Felipe Calderón!, a quien ha descalificado en infinidad de ocasiones), lo que deja ver claramente las prioridades de Sheinbaum.
Así, mientras la presidenta se solaza con la presunta corrupción de los panistas, hay que destacar que el pasado fin de semana fue cruento en el país: el viernes el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó 69 asesinatos; el sábado, 89, y el domingo 93, en suma 251, para un promedio de 83.6 diarios.
Las entidades con más homicidios fueron Guanajuato, con 32; Estado de México, 22; Baja California, 19; Sinaloa, 16, y Nuevo León, con 14.
En los primeros 10 días de noviembre ha habido 746 asesinatos, un promedio diario de 74.6, que por el momento significa un aumento respecto al promedio de octubre, que fue de 73.9.
Pero, para la presidenta de México, importa más el “Cártel Inmobiliario” que todas esas muertes violentas.
