El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, puso fin a la tregua en sus confrontaciones con los medios de comunicación y volvió a la carga contra varios de ellos que, desde su punto de vista, viven de atacarlo porque están al servicio de los “potentados”.
El mandatario defendió la sección Quién es quién en las mentiras y negó que su objetivo sea estigmatizar a la prensa; según dijo, quienes hacen tal afirmación son los dueños de los grandes medios a los que se les quitaron los privilegios que tenían en los gobiernos anteriores.
A su juicio, los reporteros que realizan su trabajo de manera ética, honesta y objetiva, no tienen por qué sentirse aludidos. Alegó que mientras se tenga tranquila la conciencia no debe haber motivos de preocupación. Se puso como ejemplo y dijo que a pesar de los insultos y las calumnias de que es objeto, duerme tranquilo y trata de no amargarse.
“No hay ningún problema de que preocuparnos. El que nada debe, nada teme, o sea, si estamos bien con nuestra consciencia qué nos vamos a preocupar. Imagínense cuántas calumnias, insultos, recibo. Tengo mi conciencia tranquila, pues duermo tranquilo, duermo bien, no me amargo, no pierdo el sentido del humor”, manifestó.
Sin embargo, López Obrador no pudo ocultar su molestia cuando se le cuestionó por aludir al tuit, supuestamente escrito por el magistrado del TEPJF, Reyes Rodríguez, como una muestra de los insultos que le profieren; incluso instruyó a su portavoz a que lo mostrara nuevamente en pantalla.
La reportera Reyna Haydee Ramírez, del sitio Pie de Página, le pidió no hacerlo y le preguntó si no estaba enterado de que ese tuit era falso, pero el presidente evadió aceptar tal situación y aunque se retractó de ponerlo nuevamente, justificó su difusión y alegó que no le corresponde a él determinar si el tuit es falso o no. Más aún, afirmó que “los conservadores” son capaces de eso y más porque son clasistas y muy corruptos.
“Eso no me corresponde a mí. Yo lo que sí creo es que los conservadores son muy hipócritas… Son capaces de eso y demás. El pensamiento conservador es muy autoritario y muy hipócrita, y son, que quede claro, clasistas, son racistas, discriminan y muy corruptos, su dios verdadero es el dinero”, fustigó.
El presidente incluso se enfrascó en una discusión con la reportera a la que acusó a de estar del lado de “los machuchones”. Mostró un monitoreo de una empresa privada para demostrar, según él, en la mayoría de los medios prevalecen las notas negativas hacia su persona y su gobierno. Acto seguido, sostuvo que de no ser por las redes sociales y las mañaneras, la prensa conservadora ya lo hubiera destruido.
“Hay millones de comunicadores en las redes sociales. Si no fuese por eso y por la mañanera y por la inteligencia innata de nuestro pueblo, ya nos hubiesen destruido, no hubiésemos resistido, porque es esto, es día y noche en contra, como nunca”, se quejó.
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