De acuerdo con el aspirante presidencial de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, en el actual proceso electoral se confrontan dos proyectos de país: el de Andrés Manuel López Obrador, con ideas del pasado que busca restaurar los tiempos del partido único, y el que él representa, con una visión de futuro que permitirá instrumentar los cambios profundos que el país necesita.
El candidato fue entrevistado en el programa Tercer Grado, bajo la conducción de Leopoldo Gómez y con la participación de Joaquín López-Dóriga, Denise Maerker, Raymundo Riva Palacio, Carlos Loret de Mola, René Delgado y Leo Zuckermann.
Sobre su segundo lugar en las encuestas, señaló que, sin afán de descalificarlas, es importante hacer una lectura correcta de las mismas, ya que si bien López Obrador se mantiene hasta el momento en primer lugar, aseguró que su candidatura es la única que ha crecido en términos reales y, por lo pronto, ya se logró dejar al PRI en un lejano tercer sitio; se dijo confiado en lograr la victoria.
Cuestionado sobre el hecho de que algunas de sus propuestas son similares a las de López Obrador, a quien se ha catalogado como populista, Anaya rechazó que sus planteamientos entren en esta categoría, ya que si bien hay coincidencias en el diagnóstico del país con su contrincante, existen diferencias sustanciales en el cómo lograr el cambio. Abundó que mientras López Obrador supone que los problemas del país se resolverán por decreto, él sí tiene propuestas claras para lograr los objetivos. Por ejemplo, en el caso del precio de la gasolina no es suficiente decir que van a bajar y ya. En su caso, él propone que esto se lleve a cabo a través de una reducción de los gravámenes en los combustibles.
Anaya Cortés defendió la coalición que lo postula y aseguró que ésta no se construyó “al vapor”, sino con base en las mejores experiencias internacionales como Chile o Alemania, donde los gobiernos de coalición han demostrado que pueden dar resultados, a pesar de que en ellos confluyan opciones políticas distintas. En el caso de México, afirmó que se busca instaurar el primer gobierno de estas características donde fuerzas partidistas, con diferencias programáticas, sean capaces de dialogar y construir un proyecto conjunto que incluya no sólo lo mejor de la plataforma de cada partido, sino también propuestas de la sociedad civil y los sectores sociales del país.
La idea es poner fin al régimen presidencialista donde el poder esté concentrado en el Ejecutivo; se busca un equilibrio entre poderes, instituciones fuertes y organismos autónomos, que garanticen eficacia y funcionalidad del entramado institucional del gobierno.
Cuestionado sobre su experiencia política y la forma en que se hizo de la candidatura, indicó que los cargos que ha ocupado durante su trayectoria, le han permitido tener una perspectiva clara de lo que el país requiere y en cuanto a su postulación, reconoció que en efecto, generó inconformidades dentro del PAN, sin embargo confió en poder limar asperezas con sus compañeros de partido y convencerlos de sumar, ya que está de por medio el futuro del país.
Respecto a la problemática de la inseguridad y la violencia, señaló que es urgente un cambio de estrategia, pero ésta debe ser integral e incluir acciones preventivas como la reconstrucción del tejido social que dé oportunidades de educación, esparcimiento y empleo a los jóvenes; que pase por una mejor relación con Estados Unidos para un combate efectivo al tráfico de armas y drogas. También se necesita un rediseño de las instituciones y, en este sentido, propuso despolitizar la seguridad retirándola de Gobernación, que ha sido un fracaso y crear una secretaría exclusiva a las tareas de seguridad. Asimismo, planteó duplicar el número de efectivos de la policía federal y, en tanto esto ocurre, tendría que mantenerse al Ejército en las calles para proteger a la población.
Para Anaya, lo fundamental es que haya una Fiscalía realmente autónoma que garantice una aplicación cabal del Estado de derecho para quien violente la ley, sea quien sea. Y en este sentido, criticó que Andrés Manuel López Obrador proponga mantener el control presidencial sobre la Fiscalía, y más aún, decidir él mismo a quién le aplica la ley y a quién no. También rechazó categóricamente su propuesta de amnistía a grupos delincuenciales, fórmula que ya fracasado en otros países. “Él no tiene ningún derecho de perdonar a quienes cometieron crímenes o actos de corrupción”, anotó.
Por otra parte, declinó adelantar nombres de posibles integrantes de su gabinete; consideró que no es el momento oportuno para ello, toda vez que para tal propósito, hay un programa firmado y registrado ante el INE con los partidos que conforman la coalición que lo postula. En él se plantea una serie de lineamientos como que el jefe de Gabinete sea de un partido distinto al Ejecutivo y que varios secretarios sean ratificados por el Congreso, entre otros. Sin embargo, aseguró que se rodeará de “los mejores hombres y mujeres” para la conformación de su equipo de trabajo.
Por último, negó que exista un “pacto” con el actual gobierno o con otros de sus adversarios para evitar que López Obrador gane la Presidencia. Reiteró su rechazo a los acuerdos cupulares y precisó que su llamado al voto útil es a los ciudadanos, que más allá de su militancia política, estén convencidos de que hace falta un cambio en el país. Que comparen los proyectos y las propuestas, y en función de ello, ejerzan su derecho a votar y confió en que sea a su favor.
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