So pena de ser aprehendidos y condenados a por lo menos 8 años de prisión en cuanto pisen la isla, médicos cubanos comisionados por su gobierno a otros países denunciaron ser víctimas de trata de personas y alertaron que han sido tratados como esclavos por sus autoridades, por lo que hicieron un llamado internacional a detener y no propiciar estas prácticas lesivas contra especialistas de la salud de Cuba.
La organización Prisioners Defenders relató que desde que son seleccionados por el Estado cubano se violan sus derechos humanos, pues son obligados, separados de sus familias, sus documentos son retenidos, son amenazados, acosados, enclaustrados, las mujeres violadas, y sin posibilidad de reclamo.
En conferencia de prensa ofrecida desde la Ciudad de México, la ONG relató que el Gobierno de Miguel Díaz-Canel los cataloga como desertores por escapar de los países que fueron enviados, de no seguir las normas impuestas. El castigo es la prisión o el prohibir contacto con sus familiares por al menos ocho años.
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El doctor Emilio Arteaga es especialista en psiquiatría y en su país, Cuba, era profesor en el Hospital de Ciencias Médicas en La Habana, en el Hospital Clínico Quirúrgico y una clínica universitaria. Por su trayectoria fue enviado a tres misiones médicas al extranjero. Estuvo en Bolivia del año 2008 al 2010; en Angola, de 2013 a 2015; y en 2019 fue enviado África. Él ha sido desdeñado por su Gobierno por inconformarse ante los malos tratos.
“Creo que el resultado de la decisión de desertar y de irme, porque además te catalogan como desertor, que eso viene desde la métrica militar, del entorno militar, va por supuesto en la medida de que te ven como un soldado. Tú estás en un entorno como de campamento y se te dirige como si estuvieras en un campamento”, comentó.
Indicó que entre las reglas a seguir en otros países es evitar salir de la zona a la que fueron asignados, para no tener contacto con el exterior; es decir; ni con personas, ni para conocer el territorio para evitar que escapen o encontrar ayuda para ello.
“Las presiones psicológicas, los chantajes emocionales, la imposibilidad de relacionarte con otras personas que no sean miembros de la colaboración médica, especialmente con el personal cubano que radica ahí en esos respectivos países, donde son desplegadas las brigadas médicas cubanas. Le tienen terror a los cubanos que viven en esos países y que son libres y viven por su cuenta allá”, dijo.
“El Estado cubano se queda con alrededor del 80 por ciento y en algunos casos más por el dinero que se paga por nuestros servicios. Ya sentía que no era éticamente coherente conmigo mismo formar parte de algo que en el fondo era una trata y una esclavitud moderna, pero además que te usan desde el punto de vista política para también de alguna forma promulgar, hacer proselitismo político. Eso sinceramente a mí me asqueaba”, agregó.
La doctora Idalma Leyva Domínguez, presidenta del Gremio Médico Cubano Libre, consideró que lo que se comete desde Cuba es un crimen. “Los crímenes de esclavitud moderna y de trata de personas y separación forzosa de personas”, opinó.
De 2017 a 2018 fue enviada a la “Misión más médicos para Brasil”. Recordó que el 14 de noviembre de 2018 Jair Bolsonaro, en el camino a la presidencia de ese país, denunció la esclavitud de médicos cubanos, lo que vio como oportunidad para salir de ese régimen.
“A partir de ese momento, Cuba nos indicó poder regresar a Cuba y, para regresar a Cuba, ellos se valieron de todos los medios posibles. Ejercieron presiones de todo tipo a nuestra mensajería indicándonos que teníamos que regresar, enviando aviones de todo tipo, los médicos no querían regresar a Cuba”, agregó.
Señaló que a los que se decidieron quedar sufrieron no sólo amenazas o acoso, sino que estas reprimendas también se extendieron a su familia. En la Isla, comentó, sus seres queridos fueron señalados y denigrados.
“Por ese gran escándalo se lanzaron contra nuestras familias de forma intempestiva. Sin ningún tipo de resentimientos se presentaron en nuestras casas agentes de seguridad del Estado (…) para presionar a nuestra familia que regresáramos”, apuntó.
Su hija sufrió bullying en la escuela propiciado por sus propios profesores, y atormentarla con que su madre era una desertora y nunca podría volver a verla, a otro hijo sin elementos lo expulsaron del trabajo.
Osvaldo Tamayo fue enviado a Haití donde, señaló, tenía que padecer hasta de agua, que le iba a pedir frecuentemente a religiosos. Su dinero, lamentó, apenas le alcanzaba para sortear las carencias en el territorio.
Sus hijos eran pequeños y es que, explicó, la mayoría de los galenos cubanos que van a otros países tienen niños menores para afianzar su regreso.
“Era una cantidad prácticamente simbólica (el pago). De los jefes de misión nadie escapa y nadie se extrae. Varias colaboradoras cedieron por la extorsión y chantaje de algún tipo de beneficio de parte de los jefes de la misión”, relató.
Javier Larrondo, presidente de Prisioners Defenders, comentó que los países que contratan a médicos cubanos propician la esclavitud y malos tratos, por lo que llamó a cancelarlas o evitarlas.