23-01-2025

Recomendamos: México, con ese bello espíritu bananero, por Luis Cárdenas

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Cerrar representaciones comerciales nunca terminará por ser un buen mensaje, es como decirle a alguien que, simplemente, no te importa, que prefieres ver hacia nuevos horizontes.

En términos románticos, es como el clásico: no eres tú, soy yo.

El gobierno populista de la Cuarta Transformación, como la mayor parte del populismo mundial, busca un regreso al pasado donde los tiempos eran más simples, donde el comercio se confinaba al interior de las fronteras y el mundo, es decir la hoy aldea global, era un sueño guajiro, utópico e inalcanzable.

La globalización ha traído consecuencias nefastas para el mundo, quizá el calentamiento global por la superproducción y el renacimiento de los discursos xenófobos sean las peores, sin embargo, la misma globalización podría ser la solución, máxime si las problemáticas trascienden de las fronteras y entendemos que los problemas de unos, como la crisis en el Amazonas, son realmente los problemas de todos.

La Cuarta no entiende del globo casi nada más allá de la geometría, su visión es silvestre, cavernícola y anacrónica hasta los límites de la sátira.

Es una buena noticia para los más radicales que insisten en las fronteras insondables… Una muy mala para el desarrollo de México “con” el mundo.

Ante la crisis global que se avecina, tener oficinas abiertas en puntos estratégicos era la mejor idea, guardar ese dinero bajo el colchón para que termine siendo usado, en el mejor escenario, en gasto corriente es una barrabasada.

Pero, son los tiempos de las barrabasadas, habrá que esperar aplausos.

Nunca ha sido buena idea que más de 80% de tu comercio exterior dependa de un solo país. Terminas siendo su esclavo, su más humillante peón.

Más información: http://bit.ly/2PdfWSr

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