A diferencia de Sheinbaum, Ricardo Monreal dice que el chantaje del Mayo es “inadmisible”

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Tras la amenaza de Ismael Zambada de colapsar las relaciones con Estados Unidos, a diferencia de la presidenta Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal advirtió “el tono de chantaje” de la carta del Mayo y le pareció “inadmisible” para el Estado mexicano.

Sobre la carta del Mayo Zambada solicitando que el Gobierno de México tramite su repatriación, el zacatecano dijo que se trata de un asunto delicado debido a la relación bilateral con Estados Unidos. Sin embargo, el líder del grupo parlamentario del partido oficial en la Cámara de Diputados se refirió, a diferencia de Sheinbaum, en un tono más severo a la exigencia del líder del Cártel de Sinaloa, aunque no en el fondo, sino en la forma en que está planteado el asunto.

“Lo que no debe admitirse es el tono del chantaje, de que ‘si no haces esto, pasará esto’. Eso no. Me parece que el Estado mexicano no puede admitir ningún chantaje de ninguna persona, y menos de presuntos delincuentes”, afirmó Monreal en conferencia de prensa.

“Lo que es inadmisible es el tono de la amenaza, el chantaje que se pueda presentar o que se pueda hacer”, dijo Monreal, quien aseveró que los abogados de Zambada fueron quienes redactaron la misiva hecha llegar al Consulado de México en Nueva York.

También expuso que lo que ahora deben hacer los abogados de Zambada  es presentar en los tribunales estadounidenses las pruebas que tengan de que fue secuestrado para su posterior traslado y detención en Estados Unidos y así un juez pueda determinar si ésta fue ilegal.

Al respecto el legislador morenista recordó un caso de hace 40 años: el del doctor Humberto Álvarez Machain, quien fue secuestrado en Jalisco y llevado a Estados Unidos para ser sometido a proceso por el caso del crimen contra el agente Enrique Camarena. En aquella ocasión los abogados del médico lograron demostrar que había sido extraído de México de forma ilegal y, finalmente, la Corte Suprema de aquel país determinó su repatriación.

Con esa evocación, Monreal dijo sobre el caso actual: “La forma de su detención tiene que probarse en la Corte y en los tribunales norteamericanos para que procedan a resolver. México, los consulados, las embajadas, tienen la obligación de brindar protección a todos los mexicanos que, por razones distintas, se encuentren bajo la jurisdicción de tribunales en otros países”.

Cuestionado sobre si la presidenta Sheinbaum ahora debe proceder a abogar por Zambada, Monreal dijo que lo que debe hacer el gobierno mexicano es brindar a sus ciudadanos “la ayuda que en el derecho internacional y en nuestro derecho interno se obliga al Estado mexicano”. De esa forma, si los abogados comprueban que fue ilegalmente llevado a Estados Unidos, debe señalar la violación al tratado de extradición y al principio de legalidad.

Acerca de la reforma a los artículos 19 y 40 propuesta por Sheinbaum para fortalecer la soberanía en casos como este, el diputado dijo que “es algo histórico”, y que, “en lugar de regatear, de criticar o de juzgar, deberíamos apoyar esta propuesta. Es única: se atrevió a lo que muchos no se atrevieron, y este gesto de firmeza y de valentía, sin que esté ausente la prudencia y la diplomacia es muy importante sacarlo adelante en la Constitución y apoyar a la presidenta Claudia Sheinbaum como jefa de Estado”.

Sin embargo, por la mañana, en su conferencia de prensa, Sheinbaum acuso recibo de la carta de Zambada sin advertir el “tono de chantaje” muy bien percibido por Monreal. Entre las múltiples evasivas para dar detalles del asunto, la presidenta no se refirió al amago del presunto delincuente sino “al tema que se plantea en la carta (repito, más allá de la persona y sus delitos, porque esa es otra cosa), el asunto es cómo se da esta detención”.

A la amenaza de colapsar la relación México-Estados Unidos hecha por Zambada,  la doctora dijo que “sí hay un tema en la carta que está enviando, que tiene que ver con la soberanía y el juicio. Repito, nadie está defendiendo al personaje, sino el hecho”.

Pero no se refirió al claro “tono de chantaje” usado por “el personaje” y que fue advertido por Monreal y por quien quiso leer la carta.

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