En la 4T es puro cuento eso de la división de Poderes. Sólo sirve para adornar discursos oficiales. El poder se concentra en un sólo hombre: el Presidente de la República.
Abundan ejemplos de cómo se han doblado los otros Poderes ante los designios del autócrata de Palacio.
El hombre quería su “consulta popular” sobre el juicio a los expresidentes. La SCJN la aprobó sin demora ni vergüenza.
Quería mantener la mañanera en periodo electoral. El TEPJF le dijo sí, por encima de la postura del INE, y a sabiendas que allí se hace propaganda.
Quería a Rosario Piedra como titular de la CNDH. La señora no tenía la mayoría calificada requerida, pero los senadores de Morena se las ingeniaron para sacarle la vuelta al requisito. La misma historia con las estancias infantiles, los fideicomisos, el seguro popular, la liberación de Ovidio Guzmán, el aeropuerto de Santa Lucía…
Ahora quiere que no se le mueva “una coma” a su iniciativa preferente sobre energía eléctrica, que nos retrocede a las épocas del carbón. Así será.
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Los apagones provocados por la interrupción de importaciones de gas estadunidense son utilizados en el discurso oficial para empujar la idea de fortalecer Pemex y la CFE. No le hace que la producción de petróleo en México haya disminuido un 6 por ciento desde que López Obrador llegó a Palacio Nacional, a pesar del amplio respaldo financiero que ha tenido la empresa.
La misma historia con la CFE. No le hace que el costo de generación de electricidad con energías limpias sea 4 veces más barato.
El argumento ideológico prevalece sobre los intereses de los consumidores. Hay que ser nacionalistas, aunque sea en la oscuridad.
El poder sin equilibrios llevó a los diputados Morena a evadir la discusión de un dictamen sobre la inviabilidad de la iniciativa preferente del Ejecutivo. Lo sacaron de la agenda.
El dictamen se apoyaba en la opinión de la Cofece, que alertaba sobre los riesgos de la propuesta para la competencia y los precios. Se presentará el viernes en la Comisión de Energía y puede dar por hecho que no se le cambiará ni una coma.
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Leí en Twitter un hilo de José Luis Luege, extitular de la Semarnat y de Conagua, sobre las “mentiras” de la Sener y la CFE alrededor de los apagones.
El expanista participó en el parlamento abierto sobre la iniciativa eléctrica. Hizo notar que, antes de López Obrador, el gobierno pagaba una cobertura de variación de precio, para que éste se estabilizara en cinco dólares por millón de BTU, todo el año.
Pero la CFE decidió no comprar esa cobertura, y ahora no puede pagar los altos precios del gas que importamos.
Lo buscamos en su celular para abundar en el tema. Nos hizo notar que los estadunidenses se manejan por el mercado spot: sube la demanda, baja la producción, los precios se van a las nubes.
“Hay una curva que muestra que se fue hasta 900 dólares el millón de BTU, de tres dólares que costaba en el verano”, subrayó.
Esta administración está yendo hacia atrás. “Una verdadera regresión, una política energética de la edad de piedra…”, concluyó.
Mientras hablábamos con Luege se produjo la alerta de que Texas había prohibido las exportaciones de gas. ¿Qué pasará? Es la pregunta.
“La afectación en el abasto podría ser mayor, si no se trabaja en conjunto”, advirtió Tatiana Clouthier, titular de Economía.
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