José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña, diputado petista y próximo senador por Morena, prácticamente abdicó a sus altas aspiraciones: afirmó que ya lo “chingaron” aunque no lo “chamaquearon”, y que se conforma con conocer el despacho presidencial, lo que Claudia Sheinbaum le prometió. Él, a su vez, se comprometió a no enchincharla.
Fernández Noroña, quien la semana pasada, antes de entrevistarse con Sheinbaum, lucía indignado y muy bravo ante el incumplimiento de los premios de consolación para los participantes en la elección interna de candidato presidencial de Morena, ya luce muy dócil ante su suerte.
Ya bastante aplacado, este día, en conferencia de prensa, Fernández Noroña afirmó ya no tener aspiraciones a ningún cargo en el gobierno federal. Sobre su entrevista con Sheinbaum, quien dice valorarlo, dijo que platicaron sobre la importancia de la unidad, “que compartimos”, que ella “me planteó una tarea que sigo valorando; pero es una tarea, no tiene que ver con cargos de gobierno ni nada”.
Aunque, aclaró, sí le pidió algo a Sheinbaum, “una sola cosa”: “A esta hora yo no conozco el despacho presidencial, y tengo ganas de conocerlo. Entonces, le dije: ‘Oye, ¿me invitas, ahora que ya estés como presidente de la República, al despacho presidencial para conocerlo?’. ‘Sí, claro, n’ombre, no. ¿Quieres pedir eso?’. Quiero conocer el despacho presidencial; fue lo único que pedí”.
Ya con las alas cortadas, José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña dijo: “Yo voy a ser un senador de a pie (…) No aspiro a ninguna responsabilidad dentro del Senado de la República”.
Por supuesto, habló sobre la coordinación de la bancada oficialista en el Senado de la República, la que había pedido a costa de Adán Augusto López Hernández: “A ninguna cosa; a la coordinación ya dije que ya, ya me chingaron, ya. Así fue y no aspiro a ninguna; ninguna es ninguna, nada”. Y dijo que recorrerá todos los municipios del país para conocerlo bien, mientras dure su mandato como senador.
La indignación de Fernández Noroña contra el incumplimiento de las promesas de Morena de otorgar cargos a los derrotados en la elección de candidato presidencial quedó atrás: ya no reclamó un lugar en el gabinete, no pidió la coordinación del Senado, no reclamó que el último lugar de la campaña interna de Morena, Ricardo Monreal, vaya a ser coordinador del morenismo en la Cámara de Diputados.
Aun así, dijo: “No me chamaquearon; la palabra se cumple, punto”.
Sin embargo, dijo que Sheinbaum le dio un privilegio: “Cualquier tema que le quiera comentar, en cualquier momento, en cualquier día, tengo al camino abierto”.
“Yo no te voy a enchinchar; si hay algo importante te buscaré, y si no, ni grilla ni andar abrumando con cosas que no tienen relevancia”, dijo el petista.
Entre otros asuntos, Fernández Noroña fue cuestionado por un par de periodistas (uno de ellos Francisco Garfias) sobre sus declaraciones acerca de su cargo en el Senado, las que, ahora sí bravucón, el petista exigió que se las comprobaran. Al final de la conferencia de prensa los reporteros le pusieron la grabación y le demostraron su dicho. Al bocón legislador no le quedó más que disculparse.
Así está José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña: chingado, pero no chamaqueado.
