Mientras que el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que según datos del Inegi el pueblo es “feliz, feliz, feliz”, el mismo instituto dio a conocer que el crecimiento económico del segundo trimestre del 2019 fue nulo, es decir, de 0.0%, debido básicamente a una caída en el sector industrial.
A pesar de que la estimación hecha en julio por el propio Inegi era que el Producto Interno Bruto crecería al menos 0.1% en el mencionado periodo, en realidad la cifra fue menor, y representa un total estancamiento de la economía.
En cifras, el PIB de México para el periodo abril-mayo-junio sumó los 18 billones 537 mil 324 millones de pesos, 0.02% más que los 18 billones 533 mil 605 millones del primer trimestre.
Este dato se suma al de la contracción de la economía en 0.2% durante el primer trimestre del año.
Según el director de Análisis Económico de Grupo Financiero Banorte, Gabriel Casillas, aún “continuamos fuera del terreno de la recesión técnica ya que no se observan al menos dos trimestres consecutivos con tasa de crecimiento trimestral negativa”, pero a pesar de que según la definición no se trata—aún—de recesión, lo cierto es que la economía se encuentra estancada.
Ahora, respecto al mismo periodo del 2018, hubo un crecimiento de 0.3% en la economía, que, de cualquier modo, es menor que la lectura preliminar hecha en julio, en que se calculaba que el crecimiento comparativo con el año anterior sería de 0.4%.
Según el Inegi, la ausencia de crecimiento económico se debe a la baja de inversión en el sector industrial, ya que otros sectores sí reportaron crecimiento, aunque muy modesto. Tomado por sectores, hubo crecimiento en algunos, pero en conjunto, el promedio de crecimiento en el segundo trimestre fue nulo.
Ante la lectura sombría que dio Inegi, la SHCP anunció a finales de julio que inyectará a la economía 485 mil millones de pesos, para apoyar creación de infraestructura, apoyos a la inversión y al consumo, además de contrataciones y licitaciones con el gobierno federal.
Es importante recordar que durante todo el arranque de este sexenio se han registrado severos recortes en diversos programas sociales y productivos, además de que se han reducido las compras del gobierno a proveedores particulares, todo lo cual impacta en el movimiento y crecimiento económico.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha tenido múltiples tropiezos en echar a andar las compras gubernamentales, lo cual ha resultado, por un lado, en desabasto en diversos sectores, especialmente en el de salud y por otro, en la falta de crecimiento de la economía.
La “austeridad republicana” también ha generado incertidumbre en los inversionistas, que no saben con claridad si el gobierno apoyará proyectos o los cancelará, como ocurrió con el aeropuerto de Texcoco, lo que ha hecho que numerosos inversionistas detengan el flujo del dinero.