Para la académica Rosa Albina Garavito, figura histórica de la izquierda en México y fundadora del PRD, partido al que renunció hace más de diez años, en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que ha cumplido su primera mitad, se advierten preocupantes señales que pueden poner en riesgo el proyecto de cambio en el que creyeron millones de mexicanos, sino la democracia y la gobernabilidad del país.
En entrevista para la revista Proceso, la exlegisladora que acompañara a López Obrador durante gran parte de su trayectoria política cuando ambos militaban en el PRD, realizó un balance de los primeros tres años del gobierno que se ha autodenominado como de la “cuarta transformación” y percibe una evidente proclividad del mandatario por restaurar un presidencialismo autoritario, amenazas contra las instituciones y el Estado laico y una creciente militarización del país.
Aun cuando hace un reconocimiento al liderazgo personal de López Obrador y a la eficacia de su discurso para capitalizar a su favor los sentimientos de los sectores más desfavorecidos de la población, y el hartazgo de la mayoría de la gente por la corrupción de las administraciones pasadas, considera que la transformación a la que constantemente alude para referirse a su gobierno, se ha quedado hasta ahora en la esfera de lo retórico y no se ha traducido en cambios sustanciales para la vida pública del país.
En cambio, agregó, es alarmante la campaña de descrédito que desde la Presidencia de la República se ha lanzado en contra del INE, que es el resultado de las luchas democráticas de muchos años en los que se pugnó por unas elecciones libres. Consideró que las críticas por el presupuesto que recibe, el cual se califica como excesivo, pueden subsanarse con una reforma interna con base en los acuerdos. Pero no es dinamitando la institución ni restringiendo los derechos conquistados como se va a resolver este tema. Y más aún, es impensable pensar siquiera en la posibilidad de que la organización de los procesos electorales vuelva a manos del gobierno.
“Se coquetea con la idea de que la Secretaría de Gobernación podría de nuevo organizar las elecciones. Eso significaría un enorme retroceso en nuestro sistema democrático y tirar a la basura muchos años de lucha en los que el propio Andrés Manuel participó”, señaló.
Garavito Elías destacó que la embestida gubernamental no es solo contra el INE sino contra el INAI y otros organismos autónomos, que surgieron como un contrapeso al poder presidencial de las administraciones anteriores. Lo más grave, dijo, es que este ataque a las instituciones está siendo convalidado por los sectores de la izquierda aglutinados principalmente en Morena, lo cual habla de un enorme oportunismo político y una evidente proclividad del Ejecutivo por restaurar una presidencia autoritaria.
En esta misma vertiente, explicó, se inscriben también las descalificaciones a los movimientos feministas y a sus causas, así como los constantes ataques a los medios de comunicación y críticos del gobierno, aduciendo un derecho ciudadano a defenderse, que lo único que provoca es un enrarecimiento del clima de tensión política y la división de los mexicanos.
“Y no es menos grave para la convivencia democrática colocar en el banquillo de los acusados a los medios de comunicación y opositores que lo critican, apoyado en su tesis del derecho a defenderse como cualquier ciudadano cuando no es cualquier ciudadano sino un jefe de Estado. Ello enrarece y tensa el clima político, con óptimos resultados para su popularidad, pero no para la salud republicana”, expuso.
Respecto a los programas sociales del gobierno, Rosa Albina Garavito advierte en ellos un continuismo de los que proyectos asistencialistas que se instauraron en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y siguieron aplicándose en los sexenios posteriores. Éstos, apuntó, sólo atienden de manera focalizada y parcial el problema de la pobreza, pero el modelo económico con pocos empleos y salarios precarizados sigue vigente en sus cimientos y poco se hace para alentar la inversión que permita revertir esta situación.
Para la activista, el fin del neoliberalismo es sólo retórico, pues al no haber una verdadera reforma fiscal que facilite una recaudación de impuestos más equitativa y justa, no hace más que perpetuar el esquema desigual que ha imperado en los últimos años. Más aún, la llamada austeridad republicana solo ha llevado al desempleo y a un detrimento de las condiciones laborales de los trabajadores al servicio del Estado, a niveles más tanto o más graves que en el sector privado.
Garavito Elías concluye que en de López Obrador no es un gobierno de izquierda y hay un autoengaño en considerarlo como tal. No sólo eso, sino que desde hace tiempo advirtió que el más grande esfuerzo unitario de la izquierda que primero estuvo en el PRD y ahora se encuentra en Morena, se ha convertido en una reedición del viejo régimen priista que imperó por varias décadas.
*arg