Protestas en hospitales exhiben la crisis en el sistema de salud

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Se multiplican las quejas, las denuncias y las protestas en hospitales públicos dependientes del IMSS-Bienestar, el proyecto de salud de los dos más recientes gobiernos, debido a problemas que van desde la falta de alimentos  e incluso agua, hasta las condiciones laborales, pasando por la carencia de insumos, medicamentos y especialistas.

Una de las más recientes expresiones de esa crisis del servicio público de salud ocurrió el pasado 7 de febrero, cuando José Juan Godínez Montaño, director del Hospital General de Ensenada, avisó de la suspensión de actividades de ese nosocomio a partir del 10 de febrero a Miguel Bernardo Romero Flores, coordinador del IMSS-Bienestar en Baja California.

Las razones que expuso Godínez Montaño son cuatro: la primera, la “violencia verbal” de los usuarios porque no les pueden surtir sus medicamentos; la falta de póliza de seguro para las ambulancias, por la que dejarán de trasladar pacientes; la empresa de residuos peligrosos biológico-infecciosos ya no entregará insumos para la recolección, y falta de sal industrial, necesaria para maquinaria e instalaciones.

Concluye el documento: “Por todo lo anterior manifiesto una vez más la situación crítica en la que se encuentra esta unidad hospitalaria”.

En respuesta a ese documento, la Secretaría de Salud de Baja California informó que se continúan realizando “gestiones de manera institucional, por parte del Instituto de Servicios de Salud Pública del Estado de Baja California, hacia las autoridades del IMSS-Bienestar”. Hasta ahora no ha habido respuestas.

Con anterioridad, el 22 de enero, en el Hospital General de Mexicali hubo una protesta de trabajadores del IMSS-Bienestar debido a la carencia de medicamentos e insumos médicos, además de la falta de pago de una parte del aguinaldo a unos 2 mil 500 trabajadores. Un día después realizaron una marcha hasta la sede del gobierno del estado en la misma ciudad.

Sobre ese caso, se informó que buena parte de los pagos de aguinaldos ya se hicieron, pero que se mantiene el desabasto de medicamentos e insumos y también saldar algunos bonos de los trabajadores de la salud.

Además, este lunes al mediodía hubo una manifestación frente al Instituto Nacional de Cancerología (Incan), en Tlalpan, Ciudad de México, en demanda de medicamentos, por la tardanza en las citas para consulta y en contra del director de esa dependencia, Óscar Arrieta, por presuntos actos abuso de autoridad que se han cometido en sus instalaciones. En el acto de inconformidad participaron médicos y familiares de pacientes.

Las protestas por carencias en diversos hospitales se han multiplicado en las últimas semanas: el caso más sonado fue el presentado desde la primera semana de enero de este año, cuando se informó que en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso, de la ciudad de Oaxaca, cuando familiares de pacientes denunciaron que habían sido suspendidas cirugías programadas debido a la falta de insumos como materiales de curación y medicamentos, además de falta de gas y la falta de comidas para el personal sanitario para priorizar el de los pacientes.

Esas situaciones fueron negadas por el gobernador Salomón Jara, quien aseguró que sí se contaba con los insumos y que sólo se trataba de un conflicto interno, lo que fue desmentido por los propios trabajadores sanitarios. Así, en un comunicado del hospital informó que no había laboratorio ni ordinario ni de urgencias por el término de la licitación del proveedor, y que tampoco había agua de garrafón por ello. Además, señaló falta de diésel para el funcionamiento de las calderas, por lo que no se podría n esterilizar material ni ropa de cirugía.

En esos mismos días, en redes circuló un video en el que una enfermera del Hospital Macedonio Benítez Fuentes, de Juchitán, también en Oaxaca, también denunció la falta de insumos y medicamentos.

En Puebla, en varios nosocomios hubo problemas con el suministro de alimentos a los pacientes y al personal. Los hospitales que reportaron esa situación fueron los generales de Huejotzingo y de Teziutlán, el de la Mujer y Neonatología. Además, en algunos se señaló la falta de materiales para el funcionamiento de quirófanos.

El 13 de enero hubo un paro de labores en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña, de la capital de Oaxaca, debido a que no cuentan con los insumos, los medicamentos y, en general, las condiciones para brindar el servicio. Allí, en junio de 2024 hubo inundaciones, por lo que se iniciaron labores de reparación; seis meses después, al volver el nosocomio a funcionar, muchas de las obras estaban inconclusas y muchos daños no habían sido arreglados.

El 14 de enero un grupo de médicos de Guerrero y de Veracruz se presentaron en las oficinas centrales del IMSS-Bienestar en la Ciudad de México por falta de pagos desde octubre, donde también hicieron exigencias laborales como prestaciones y compensaciones hasta las condiciones de estabilidad laboral. Se les prometió que el 10 de febrero estarían sus pagos.

Dos días después trabajadores de hospitales de la Ciudad de México, para denunciar la falta de insumos en sus centros de trabajo, bloquearon el crucero formado por Paseo de la Reforma y Bucareli. Para el 19 de enero derechohabientes del Hospital General de Zona 98 del IMSS, en Villa de las Flores, en Coacalco, Estado de México, también denunciaron la carencia de insumos, deterioro de las instalaciones y los costos de la atención a los pacientes que han tenido que asumir sus familiares. Así, por ejemplo, para hacer ciertos estudios los han tenido que llevar a clínicas privadas y pagarlos.

En el Hospital General de Tláhuac, en la Ciudad de México, también se informó de problemas: falta de insumos y medicamentos, y también de especialistas, por lo que incluso se había tenido que cerrar el área de terapia intensiva, además de instalaciones deterioradas. Por las protestas del personal médico, se estableció una mesa de trabajo con funcionarios del IMSS-Bienestar y del Gobierno de la Ciudad de México.

El 22 de enero se reportó que médicos residentes del Hospital General de Calpulalpan, en Tlaxcala, denunciaron las condiciones laborales: en ocasiones ni siquiera reciben una comida pese a horarios de más de ocho horas, ausencia de médicos especialistas, sin internet ni computadoras funcionales, además de que ni siquiera se les habían pagado sus becas.

El pasado 4 de febrero el escenario de otra protesta fue Ciudad Victoria, Tamaulipas, en cuyo Hospital Regional de Alta Especialidad protestaron sus trabajadores por la carencia de insumos, falta de mantenimiento a equipos, el incumplimiento de pago de estímulos e incluso hasta falta de agua para beber.

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