Para los investigadores de la PGR, la pieza clave para la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán fue Celina Oseguera Parra, hasta hace unas semanas coordinadora general de Centros Federales de Prevención y Readaptación Social de Gobernación, ya detenida.
Con un larguísimo currículum en el sistema penitenciario mexicano, conoció personalmente al líder del Cártel de Sinaloa cuando ambos coincidieron en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco. Él interno, ella directora.
Luego ella fue mandamás en las prisiones de máxima seguridad de Almoloya y Matamoros, y en 2001, cuando escaló a directora general de Prevención y Readaptación Social de Seguridad Pública Federal, El Chapo se pudo escapar por vez primera.
Luego bajó de nivel y se encargó sólo de las cárceles del DF. A los cuatro meses de que Guzmán Loera fue recapturado, Celina Oseguera regresó a las grandes ligas, otra vez a coordinar todos los penales de máxima seguridad. Un año después se fugó E/ Chapo por segunda ocasión.
La PGR sospecha que Oseguera aprovechó ese año para colocar en las posiciones estratégicas de Almoloya a gente de Isu confianza que, llegado el momento, le dieran al Chapo Guzmán lo único que necesitaba: tiempo.