Increíble vivir sin una estrategia funcional para contener la inflación, hoy en México vivimos la peor crisis inflacionaria desde hace 21 años con una tasa de 7.99% anual, misma que se refleja en el exponencial incremento al precio de productos básicos, analicemos algunos datos que nos proyectan una fuerte crisis económica para nuestro país y es que mientras los sueldos siguen igual o se intenta vender la idea de un falso incremento, los productos de la canasta básica son incosteables para los mexicanos.
De todos los países que integran América Latina y el Caribe nosotros ocupamos la posición número 3 por nuestra alta inflación, misma que hasta el momento no ha sido contenida, no es suficiente ir al país vecino a proponer un plan de sólo buenas intenciones, mismo que ni siquiera toma en cuenta uno de los factores que más ha contribuido a esta situación generalizada, el conflicto geopolítico entre Ucrania y Rusia, ¿Cómo será posible un plan de acción binacional que no contempla la realidad mundial?
Es claro que el Banco de México ha incrementado la tasa de interés para intentar mantener la expectativa de inflación, lo cual abona y hace sentido a que nuestro banco central y autónomo es funcional y necesario, pero no es suficiente si las propuestas del ejecutivo no contemplan evitar monopolios, sino todo lo contrario buscan regresar a esos tiempos destructivos, si desde palacio nacional no se intenta potenciar el libre comercio con cuotas justas y accesibles, no es posible pensar en una estrategia que brinde a las y los inversionistas facilidades en nuestro país y con esto me refiero a disminuir los trámites burocráticos, la corrupción y la incertidumbre por la que muchas empresas no consolidan una inversión en nuestro país.
Es urgente que se replanteen las prioridades del presupuesto y se proponga una política económica anticíclica que nos permita expandir nuestros horizontes, aumentar el gasto y por supuesto incentivar inversiones que estimulen nuestra economía, misma que hoy se ve terriblemente paralizada y dañada, de no aprobarse un presupuesto eficiente, estructurado y que garantice el óptimo ejercicio de los recursos con reales medidas para combatir la inflación, los resultados para el próximo año serán aún más desastrosos para las y los mexicanos.
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