Gil entra rápido en materia: ¿no es una locura desechar la investigación de Ayotzinapa y empezar de cero? Una nota de Abraham Reza en su periódico MILENIO informa que “el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez, llamó a ‘replantear’ la investigación sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, aunque no sea necesario desechar los avances”.
A Gil no le entra en la cabeza que la investigación que encabezó la fiscalía de Jesús Murillo Karam les parezca una mentira flagrante e incluso pidan que los fiscales sean juzgados. Durante su participación en el Encuentro Internacional de Mecanismos Nacionales y Locales de Prevención de Tortura, González Pérez coincidió con el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, en que se debe “corregir” la indagatoria (…) “déjenme decirles que yo celebró lo que Alejandro Encinas precisó: que no comienzan de cero y que más bien se replanteen las líneas de investigación, que no se descarte lo ya avanzado”. ¿Qué es lo avanzado? Puede ser nada, o todo.
¿Alguien en su sano juicio podría sostener que se trata de 2 mil 200 infolios de mentiras interesadas? Los enemigos de la investigación pretenden poner esos documentos en la basura. El ombudsman nacional pidió no descartar la recomendación de la CNDH sobre el caso: “hay otras pruebas que pueden y deben ser consideradas, pero deben adminicularse, relacionarse, saberse argumentar, y que también los juzgadores no caigan en laxitudes”. Si le permiten a Gil, él pretende adminicularse. La última vez que Gamés se adminículo, Gil huyó por peteneras. Me gustaría adminicularte, gran frase histórica. Laxitud, gran palabra mal utilizada, una cosa es la falta de severidad y disciplina y otra la falsedad de los testimonios.
¿Nos quieren decir que las verdades de la investigación fueron obtenidas en circunstancias inadmisibles para un juez?: “servidores públicos incurrieron en violaciones a derechos humanos, algunas de ellas de tortura… Ahí está documentado y por eso también hemos puesto denuncias penales y quejas administrativas, para que no haya impunidad de quienes cometieron estas violaciones; respondámosle a las víctimas de desaparición para que haya responsables, procesados y sentenciados”, explicó el titular de la CNDH. Correcto: metamos a la cárcel a Murillo Karam y a su equipo y liberemos a El Cabo Gil y a sus asesinos. Además de consumar Gil no sabe qué venganza, ignora para qué servirá este cuidadoso seguimiento, con lupa, de los culpables confesos del asesinato de 43 jóvenes estudiantes de la normal Isidro Burgos de Ayotzinapa.
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