jueves 21 noviembre 2024

Recomendamos: Lecturas de la elección, por Pascal Beltrán del Río

por etcétera

1) Los resultados electorales que conocíamos hasta la media noche del domingo no permiten hablar de ganadores y perdedores claros a nivel de los principales partidos políticos. Si hubiese que declarar a un triunfador, en todo caso sería el Instituto Nacional Electoral (INE), que logró organizar unos comicios que atrajeron a unos 48 millones de votantes a las urnas en medio de una pandemia, una crisis de inseguridad y descalificaciones desde la Presidencia.

2)   Los ciudadanos se convirtieron en los grandes protagonistas de la elección. Un reflejo del ansia por votar fue el paciente de la tercera edad que exigió que lo llevaran en camilla a las urnas en Guadalajara. Las largas filas que se formaron frente a las casillas desde temprano vaticinaban que la participación superaría el umbral del 50%, algo realmente extraordinario para una elección intermedia. El que los incidentes en los centros hayan sido aislados y el que el INE pudiese comunicar las tendencias de una manera rápida y clara también es parte del éxito de la organización comandada por Lorenzo Córdova.

3) El oficialismo y la oposición se fueron cada quien con su golpe. El primero no alcanzó la ansiada mayoría calificada ni arrasar en las gubernaturas, pero la segunda no consiguió impedir que Morena y sus aliados mantuvieran la mayoría simple en la Cámara de Diputados. Las reformas constitucionales están fuera del alcance del Presidente –a menos de que le nazca un apetito de diálogo con la oposición–, pero la aprobación de leyes, lo cual no requiere el voto de las dos terceras partes de los legisladores, está a la mano de la coalición gobernante.

4) Movimiento Ciudadano apostó por jugar solo en esta elección, pensando en convertirse en el partido bisagra en el Congreso. Un siete por ciento de la votación y la gubernatura de Nuevo León no son un mal resultado. Pero si hay una fuerza política que pueda imponerle ahora condiciones al Presidente es el Partido Verde. La diferencia son los diputados que, según los cálculos del INE difundidos anoche, obtendrán uno y otro: entre 40 y 48 para el PVEM y entre 20 y 27 para MC. Al Verde eso le alcanzará para permitir o impedir que el oficialismo tenga mayoría en cada una de las votaciones que lo requiera.

5) El mayor golpe que se llevó Morena fue en la Ciudad de México. Con los números que había anoche, el partido del gobierno podría perder unas seis alcaldías, lo cual representa el giro político más pronunciado en la capital desde 1997 (cuando el actual grupo gobernante, que primero fue perredista y luego morenista, se hizo del poder). Eso afecta directamente las aspiraciones políticas de Claudia Sheinbaum e indirectamente las de Marcelo Ebrard y fortalece en la carrera sucesoria a Ricardo Monreal.

6) El segundo golpe más fuerte fue en Nuevo León. Al principio de la campaña, la candidata morenista a la gubernatura, Clara Luz Flores, iba en primer lugar. Terminó en cuarto. Por supuesto, ella cometió errores, pero el resultado debe leerse, sobre todo, como un rechazo tajante de los votantes neoleoneses a la entrada de la 4T en el estado. A reserva de revisar las cifras con lupa, el desempeño electoral del oficialismo en el norte del país es mixto. Triunfó en Baja California y parece haber ganado Sonora, pero todo indica que fue frenado en Chihuahua y perdió Nuevo León. Y aunque en el sur su candidata ganó Guerrero, no lo hizo por el margen esperado. En cuanto al total de gubernaturas, Morena se llevará varias, pero no será el carro completo que hubiese querido el Presidente.

7) Las mujeres avanzaron en presencia política. El número máximo de gubernaturas ocupadas simultáneamente por mujeres había sido tres. Con el triunfo de Indira Vizcaíno Silva en Colima, se empata ese número, y con otra victoria de una candidata a gobernadora –quizá la chihuahuense Maru Campos– se rebasará. Por cierto, será la segunda vez que una mujer gobierne Colima. La vez anterior, cuando Griselda Álvarez se convirtió en la primera gobernadora del país, los hombres colimenses le pusieron un mandil a la estatua del Rey Colimán. En estos tiempos nadie se atrevería a hacer tal cosa.

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