Mientras que en Palacio Nacional hay pirotecnia todos los días para ocultar la cruda realidad, los datos duros hablan del peor sexenio en múltiples rubros. Uno de los más relevantes es la crisis económica por la que transitamos y no crea, estimado lector, que es tan solo por culpa de la pandemia; se debe a yerros del presidente.
Entre inflación, desempleo y nimio crecimiento que se diluye con las expectativas hacia el futuro, la población está condenada a vivir tiempos aciagos, por lo menos en los próximos tres años.
Los comparativos de crecimiento de acuerdo a las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) por región ubica a México con un 3.2 por ciento, mientras a sus socios comerciales Estados Unidos y Canadá los ubica en 5.2 por ciento y 4.9 por ciento, respectivamente.
Esta cifra contrasta con el 4.1 por ciento que tiene proyectado el gobierno federal, la cual incluso difiere con el pronóstico de 3.2 por ciento del Banco de México.
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