La prensa literaria del mundo conmemora los 400 años de la muerte de William Shakespeare y de Miguel de Cervantes. Gamés volvió a los subrayados de su Shakespeare, o mejor, de sus shakespeares. Durante años, Gil leyó obligado por la ignorancia del inglés, un poco a tropezones, las traducciones de Astrana Marín puestas en aquellos libros de Aguilar empastados en cuero. Años después vio en el Canal 22 las tragedias de Shakespeare con la Royal Shakespeare Company subtituladas por Raúl Ortiz Ortiz (traductor inolvidable, por cierto, de Bajo el volcán de Malcom Lowry) en un traslado extraordinario. Más recientemente, Gamés llegó a las tragedias de Shakespeare en español en un grueso volumen publicado por De Bolsillo de Random House. El tomo de mil cien páginas ofrece distintas traducciones de las tragedias.
Hamlet traducido por Tomás Segovia, ni más ni menos; Romeo y Julieta, traída al español por Joseph María Jaumá; El rey Lear, trasladada por Vicente Molina Foix; Macbeth, por Agustín García Calvo; diez tragedias en diez traducciones modernas, por llamar así a la aspiración de atraer al español a un clásico. Gilga ofrece algunos subrayados vertidos en esta página más otros que se habían quedado a vivir en la impresión de sus obras y ahora vienen a la intemperie de la cita suelta. Van:
De Macbeth
Las Brujas: ¿Cuándo volvemos a vernos? ¿En lluvia? ¿En rayos? ¿En truenos? Cuando pierdan, cuando ganen la batalla, cuando acaben.
Gran sapo nos llama ¡Ea, ya!
···
Lady Macbeth: lo que los ha puesto borrachos, a mí me ha vuelto audaz; lo que los apagó, a mí me ha dado fuego. Oye: fue el búho que graznó, fatal sereno, dando sus secas buenas noches.
(Traducción de Agustín García Calvo)
http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/shakespeare-400-anos.html

