Jueves 1 de octubre de 2020. 7:10 am. Inolvidable año de Leona Vicario. La mañana oscura parecía vaticinio de un porvenir negro. Era el día en que la Suprema Corte de Justicia decidiría si sería constitucional o no la consulta popular que el presidente Liópez Obrador propuso para enjuiciar a los ex presidentes. Una nota de José Antonio Belmont en su periódico Milenio informaba que “con seis votos a favor, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró constitucional la solicitud de consulta popular del presidente Andrés Manuel López Obrador, para enjuiciar a los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto”.
El proyecto fue abordado en la sala del Pleno, luego de que el 24 de agosto el ministro Luis María Aguilar consideró “un concierto de inconstitucionalidades” la solicitud de consulta popular del Presidente.
Los seis votos a favor de la consulta fueron emitidos por los ministros: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Juan Luis González Alcántara Carrancá, Yasmín Esquivel Mossa, Alberto Pérez Dayán y Margarita Ríos Farjat.
Gil se ha empapado en aguas jurídicas: el proyecto de revisión de constitucionalidad de la materia de consulta popular 1/2020 detalla que la Corte consideró improcedente el ejercicio, toda vez que conlleva en sí una restricción de los derechos humanos y una afectación a las garantías. El ministro manifestó que “si bien cada uno de los motivos expuestos es por sí solo suficiente para declarar la inconstitucionalidad de la materia de la consulta popular (…) La suma de todos ellos permite concluir que se trata de un concierto de inconstitucionalidades que pudieran incidir negativamente en el acceso a la justicia, la persecución de los delitos y el Estado de Derecho mismo, lo cual implica la afectación de los derechos humanos de todas las mexicanas y los mexicanos”.
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16:30 pm. Un día después, en su conferencia de prensa matutina, López Obrador aseguró que la consulta sobre juicio a ex presidentes desde el periodo de Carlos Salinas de Gortari no viola ninguna garantía ni los derechos humanos de los implicados porque no hay juicios sumarios ni procesos extrajudiciales.
El mandatario sostuvo que “llevar a cabo una consulta no significa violar ninguna garantía, al contrario, es darle al pueblo su libertad para ejercer la soberanía y no es violatorio de derechos humanos porque se tiene que llevar a cabo en el caso de que los ciudadanos decidan que se inicien los procesos o continúen los procesos en contra de los ex presidentes, no hay juicio sumario, no hay una vía extrajudicial”.
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18:30 pm. A Gil no lo calienta ni el sol. Al final se aprobó la consulta y se resolvió que la pregunta inconsulta se leyera así: “¿Estás de acuerdo o no que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”.
Gil contestaría, qué remedio, si entendiera la pregunta. De inmediato, una gramática, si puede ser la de Andrés Bello, mejor: ¿de qué hablamos? Los sujetos se dan de topes, las concordancias se tiran al suelo, no manchen su alma.
La piedra de Rosetta sería más fácil de interpretar, Gil se refiere a ese fragmento de una antigua estela egipcia de granodiorita inscrita con un decreto publicado en Menfis en el año 196 A.C. en nombre del faraón Ptolomeo V.
La pregunta de la encuesta que propone la Corte se acerca al decreto que aparece en tres escrituras distintas: el texto superior en jeroglíficos egipcios, la parte intermedia en escritura demótica y la inferior en griego antiguo. Pues así la encuesta. Fue JeanFrançois Champollion quien descifró la piedrota de Rosetta. Pues que Champollion organice la encuesta porque la pregunta está muy complicada. Ya en serio: hemos perdido a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Todo es muy raro, caracho. Como diría Samuel Johnson: “En el idioma está el árbol genealógico de una nación”.
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