En México no hay registros estadísticos claros sobre la dimensión y gravedad de la violencia en línea contra las mujeres. No obstante, nombrar y entender las formas en las que esta se presenta es un primer paso esencial para hacerle frente.
Hace unas semanas, la coalición Internet es Nuestra presentó un informe en el que se recopilan, sistematizan y explican algunas de las formas más comunes de violencia en línea contra las mujeres. Es un trabajo importantísimo para comenzar a entender este tipo de violencia, discutirla y ponerla en la agenda pública.
El informe aporta algo nuevo y tremendamente valioso en nuestro país: una tipología de las agresiones que se dan a través de la tecnología. Dicha tipología, que proviene de un ejercicio de acompañamiento a mujeres que han vivido violencia en línea, nos permite nombrar y acercarnos a las formas en las que se expresa esta violencia. Las agresiones más comunes son el acoso, las amenazas, el monitoreo y el acecho, el control y manipulación de la información, así como las expresiones discriminatorias y el desprestigio.
No hay registros estadísticos claros para conocer la dimensión y gravedad de la violencia en línea contra las mujeres, ni sobre aquella violencia relacionada con las tecnologías. No obstante, nombrar y entender las formas en las que se presenta esta violencia es un primer paso esencial para poder pensar en las estrategias que nos permitan apropiarnos y reapropiarnos del espacio digital, y así apostarle al pleno ejercicio de nuestros derechos en este ámbito.
Este informe surge en un contexto donde, como lo indica el único registro estadístico que se ha levantado a nivel nacional sobre el tema, el Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) 2015, alrededor de 9 millones de mujeres han vivido ciberacoso en México. Este mismo registro muestra que el 52.6% de las mujeres que se enfrentaron a una situación de ciberacoso decidieron bloquear a la persona que las estaba violentando o ignorar la situación, mientras que solo el 4% denunció ante alguna autoridad. Por su parte, el reporte Ciberviolencia contra mujeres y niñas, elaborado por la ONU en 2015, nos permite dimensionar el problema en nuestro país desde la perspectiva de género: las mujeres son 27 veces más vulnerables que los hombres a ser víctimas de algún tipo de violencia en internet. Además, en el 61% de los casos los agresores son hombres.
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