Decíamos ayer: Salmerón en salmuera. Empecemos por la frase célebre: los valientes sí asesinan. Dicen que Guillermo Prieto le salvó la vida a Juárez con una frase inolvidable: los valientes no asesinan. Nadie dijo tal cosa, pero la historia de bronce es así, propaga dichos y hechos: el Pípila, Juan Escutia y la bandera, la bondad de Madero, en fon. Ahora mal sin bien: Juárez tiene vara alta en Palacio Nacional. Claro que hay que ser valiente para asesinar, y fanático si se trata de ideas políticas, y un miserable. O sea que no se trata de valentía sino de la defensa violenta de una idea, de armas y crímenes.
Los periódicos dieron su noticia: “Pedro Salmerón renunció ayer a su cargo de director general del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) luego que generara polémica al calificar como ‘valientes jóvenes’ a los integrantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre por la muerte del empresario Eugenio Garza Sada”. La Secretaría de Cultura anunció que Felipe Arturo Ávila Espinosa será el nuevo director general de la institución.
Amigos de Gil sostienen que fue una exageración despedir a Salmerón por un desliz. Gamés cree en cambio que un funcionario público debe mostrar una cautela grande, si eres público, la línea que separa el interior del exterior desparece, o casi.
Criminalizar al asesino
Ahora resulta que Salmerón escribió un elogio del empresario Garza Sada. Pequeño problema, ese elogio no desdeñó la mención de unos “jóvenes valientes”, los asesinos del empresario, integrantes de un comando de la Liga 23 de Septiembre. La frase causó reacciones de fuego entre políticos del partido Acción Nacional y en las redes sociales. Tras la polémica, Salmerón cerró sus redes sociales. En un texto dirigido a la opinión pública y con el título de “Dictar, censurar, penalizar la investigación histórica”, Salmerón escribió: “Pongo el cargo de director del INEHRM a disposición del Presidente y hago de este texto mi renuncia formal al mismo. Renuncia que le presento al Presidente que con valor y decisión está transformando a México. Al Presidente, no a la derecha de talante fascista”.
La ideologización de los cargos públicos. No he sido llamado a trabajar en el servicio, sino a militar, a convertirme en un activista pagado. No, el historiador Salmerón se ha equivocado, se queja, no sin amargura, de que la mención a los “jóvenes valientes” fue utilizada (ah, una voz pasiva) para encabezar un “linchamiento mediático”, junto a directivos de diversos medios de comunicación” y asegura que “cuando recibí la encomienda de dirigir el INEHRM, el Presidente me pidió que se estimulara desde ahí el pensamiento libre, así como el debate también libre y plural”. Si fue libre, pero no plural.
El historiador añadió: “Ahora, y en serio, ¿enconar y dividir?, ¿apología de la violencia? Lo escriben y exaltan y canonizan a una de las partes (no se desliza una sola observación crítica sobre la gestión empresarial de don Eugenio, la polarización social y la política de Monterrey) y criminalizan sin cortapisas a la otra”. Criminalizar a los asesinos, suena un poco raro.
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