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El objetivo de las encuestas es captar de la manera más fidedigna posible lo que las personas piensan de los temas que los afectan. Esta labor requiere de rigor metodológico y objetividad; no de filias, fobias u ocurrencias.

Es la responsabilidad de nosotros los encuestadores elaborar mediciones con la mejor calidad posible. Esto implica muestras que abarquen al mosaico entero de la población, cuestionarios que capturen sin sesgos las posturas políticas y las problemáticas sociales, y levantamientos limpios con el fin de obtener datos que reflejen lo que realmente está pasando en la opinión pública.

En REFORMA NUNCA se ha “cuchareado” una encuesta. La prueba más fehaciente de ello es la serie electoral que se publicó desde noviembre de 2017 hasta junio de 2018, por citar una de las series más recientes y que más polémica generó a nivel nacional.

En todo momento, las mediciones reflejaron la ventaja correcta de Andrés Manuel López Obrador en las preferencias electorales. Incluso, una de estas encuestas fue exhibida por el ahora Presidente en el primer debate presidencial para ilustrar su amplia ventaja.

También se han publicado cuatro encuestas de evaluación presidencial desde marzo de 2019, reportando, en las primeras tres, el apoyo contundente de la ciudadanía al Ejecutivo Federal. Destaca la cifra del 12 de marzo de 2019 en la que se registra un 78 por ciento de aprobación a la gestión presidencial.

Sin duda, López Obrador ha alcanzado niveles de apoyo popular históricamente altos. Pero la aprobación presidencial no es un cheque en blanco. El respaldo de la opinión pública es una fuerza política cambiante gracias a que los ciudadanos saben detectar los logros y fallas de sus gobernantes.

En la encuesta nacional de aprobación presidencial publicada el 2 de marzo de 2020, se registró la primera caída importante en el respaldo al Mandatario. Esta publicación fue una de las más grandes que se han hecho en REFORMA precisamente con la finalidad de explicar la caída que, por cierto, no carece de fundamentos.

Así como el Presidente es relativamente bien aprobado por los resultados en el combate a la corrupción, la mejora en el ingreso de las familias y su manejo de la educación, es severamente cuestionado por su escasez de resultados en seguridad, economía y su manejo en el tema de salud.

De hecho, la serie histórica de REFORMA que data desde 1994, registra su pico más alto en el porcentaje de la población que señala la inseguridad como el principal problema que aqueja al País. Nunca antes 7 de cada 10 mexicanos habían respondido en pregunta abierta que lo que más les preocupa es la inseguridad; ni en el sexenio de Felipe Calderón, ni en el de Enrique Peña Nieto.

Además, cabe notar, que la salud era un tema sistemáticamente bien evaluado para todos los presidentes, desde Vicente Fox. Pero López Obrador, con el manejo que ha dado al tema en su Gobierno, lo convirtió en uno de los principales problemas a resolver.

Más información: http://bit.ly/39KqcHs

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