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Gil medita: el triunfalismo es una forma necesaria de hacer política. Ni modo de presentarse a una elección repletos de pesimismo: nos presentamos aquí con poca esperanza y mucho miedo, pero se trata de nuestro trabajo, que Dios nos ayude. Convendría que al ímpetu de la victoria lo acompañara, al menos de vez en cuando, una pequeña idea de gobierno. Josefina Vázquez Mota rindió protesta como candidata al gobierno del Estado de México y dijo: "Primero poner la casa en orden; frente a un gobierno que no cumple la ley, se debe garantizar la paz. Segundo, que el porvenir se sienta en los bolsillos de las familias del Estado de México, siete de cada diez empleos están fuera del estado. Hay que acabar con eso". Gil está de acuerdo: orden en casa y dinero en el bolsillo, unas ideas flacas, pero no por eso menos ciertas. ¿Hubo algún tiempo en el cual los políticos mexicanos expresaran alguna idea en sus discursos, en sus entrevistas, en los desayunos, en el baño, en la cama?


Desde hacía tiempo, Gilga no veía a la plana mayor del panismo alrededor de una candidata. Margarita Zavala, Felipe Calderón, El Jefe Diego, Ricardo Anaya, Miguel Ángel Yunes (mta) y decenas de panistas conspicuos pusieron su nombre y su trayectoria en el acto. Así las casas (muletilla patrocinada por grupo Higa), el PAN se ve bien y de buenas, aunque no esté ni tan bien ni tan de buenas, pero lo que se pregunta ni se ve: todos y todas en la popa del PAN. Ahora solo falta que Josefina haga una campaña ligeramente menos desastrosa de la que realizó cuando fue candidata a la Presidencia de la República. Si sus asesores, amigos y padrinos no le ayudan, despeñará de la posición de privilegio en la que se encuentra y acabará en el sótano. ¿Alguien a cargo?


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