Al final de los finales, las autoridades se dieron cuenta de que el exgobernador interino de Veracruz, el priista Flavino Ríos Alvarado, había intervenido en la huida de Javidú. A las autoridades les llevó meses descubrir lo que la gente de la calle ya sabía: el señor Ríos Alvarado participó en la fuga de Javier Duarte. Gordo: que ahí te va el helicóptero. Si no te sirve, igual te pintas de colores por tierra y te mandamos la camioneta. "No he cometido ningún delito y lo voy a demostrar en el juicio". ¿Cuántas veces hemos oído estas frases en los últimos tiempos?
Gil lo leyó en su periódico El Universal, en una nota de Édgar Ávila: El PRI en Veracruz anunció que en conferencia de prensa fijará su postura por la detención de Flavino, que por cierto tiene nombre de antibiótico: un Flavino cada ocho horas, tómalo con un yogur porque te puede caer de peso. Los priistas consideran el arresto "como una desesperada persecución política (…) Exigimos que la fiscalía actúe de manera imparcial en el desahogo de las denuncias que tiene para su atención, entre ellas las de miles de desaparecidos y ejecutados". Si no aparecen esos miles de desaparecidos, no se puede presentar a nadie por ningún cargo ante el Ministerio Público.
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