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Nadie sabe en qué tiempo vive. Quienes vivieron en la Edad Media no sabían que estaban en “la Edad Media”. Quienes pelearon en la Primera Guerra Mundial ignoraban que se trataba de la “Primera”. ¿Vivimos el fin de una era o el principio de otra? ¿Algo nuevo está surgiendo o, por el contrario, con nosotros está muriendo una época? ¿Somos modernos, posmodernos, ultramodernos, o quizás a nuestro tiempo se le conozca en el futuro como la Edad Oscura? El tiempo en que lo echamos todo a perder.


Alteramos el clima y desquiciamos el planeta. Vaciamos de sentido a la democracia. Trivializamos los valores. Por concederle peso excesivo a la imagen, dejamos de creer en la palabra. Nos abandonamos a la violencia y al resentimiento. Pervertimos la educación. Transformamos la política en un circo. No sabemos en qué tiempo vivimos. 



Quién sí parece saberlo es Rob Riemen (Para combatir esta era, Taurus, 2017), ensayista y director del prestigiado Nexus Institute. Para Riemen vivimos los tiempos del regreso del fascismo. No desapareció, como suele pensarse, con el fin de la Segunda Guerra. Albert Camus y Thomas Mann, en 1947, advirtieron: el fascismo pervive latente en la política como rencor social. Dice Riemen: el fascismo es la expresión política “de nuestros peores sentimientos irracionales: el resentimiento, el odio, la xenofobia, el deseo de poder y el miedo.”


Más información en: www.elfinanciero.com.mx

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