De nueva cuenta, el presidente Andrés Manuel López Obrador la emprendió contra la Organización Mundial de la Salud por no apresurarse a certificar “todas” las vacunas que se han desarrollado contra la COVID-19. Dijo que no acepta que en la OMS las cosas “caminen despacio”.
Actuando como si tuviera alguna clase de injerencia en la labor del organismo científico, se quejó de que éste no ha respondido, desde hace una semana ya, a su petición de que aceleren el proceso de certificación de las vacunas.
“Llevan mucho tiempo sin aprobar algunas vacunas. Yo entiendo que en Palacio las cosas caminen despacio, pero no lo acepto en ninguna otra parte, pero en la OMS, además tratando de la salud y es con todo respeto, pues una ineficiencia y ya llevamos una semana diciéndolo y no hay respuesta”, se quejó.
Agregó que “no puede haber consideraciones políticas o ideológicas. Sería un absurdo que la OMS actué a partir de criterios ideológicos, yo pienso más que es desidia”.
Esta última afirmación fue en clara alusión a que dos de las vacunas que no han sido aprobadas por la OMS son la cubana y la rusa.
De esta manera, el presidente quiso llevar la discusión del terreno científico al ideológico, ya que las vacunas aprobadas o certificadas por la OMS son aquellas que han cumplimentado debidamente la llamada Fase 3 y las que no, coincidentemente, son las que han desarrollado Cuba y Rusia.
La vacuna cubana y la rusa no han probado adecuadamente el haber superado todas las fases.
Hace una semana, AMLO dijo que enviaría una carta a la OMS para pedir que se acelerara la aprobación de todas las vacunas, porque según él, ya se comprobó que “no perjudican, que protegen”.
Se recordará que la vacuna rusa, la Sputnik, se está aplicando en México aun sin contar con la certificación de la OMS.
AMLO recordó que el gobierno norteamericano informó hace poco que permitiría en su país la entrada de todas las personas vacunadas con las marcas avaladas por la OMS. Las vacunas avaladas por el organismo son Pfizer, Moderna, Janssen, AstraZenece, Sinovac y Sinopharm. Por eso, dijo, “el cuello de botella está en la OMS”.
Llama la atención que de un par de semanas a la fecha, de pronto el presidente se convirtiera en un impulsor de la aprobación de las vacunas, como argumento para acusar a la OMS de ineficiencia y desidia.
Esto, al tiempo que echa mano de supuesta información avalada por el propio organismo para negar la vacunación a menores de edad de 12 a 17 años.
También es importante señalar que la aprobación de una vacuna no es un mero trámite burocrático, y que lo que AMLO considera prueba de eficacia no tiene que serlo para un organismo científico.
*ofv