Luego de reiterar que “pidió licencia” como militante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para dedicarse a gobernar, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador evitó pronunciarse abiertamente en torno a las diferencias en la bancada de su partido en el Senado con motivo de la elección de la nueva presidencia de la Mesa Directiva.
Cuestionado en concreto sobre el conflicto entre Martí Batres y Ricardo Monreal, el mandatario, consideró que quienes se dedican a la política deben tener un “profundo amor al pueblo” y actuar con base en ideales y principios. Según dijo, deben quedar atrás los tiempos en donde se anteponen los intereses personales a los de la gente; insistió en que los cargos no son lo importante, sino contribuir a “transformar” el país.
“Si no se le tiene amor al pueblo no se puede llevar a cabo el oficio de la política. Ya pasó el tiempo en que la política era sinónimo de individualismo, de sacar provecho personal, de estar pensando nada más en intereses personales, por legítimos que fueran, ya no ayudan quienes solamente piensan en sus intereses personales. Tiene que haber mística, tiene que haber convicciones, entrega total a la causa pública, no son los cargos lo que debe importar, sino la contribución a los cambios, en este caso a la transformación del país. La política es transformar, es hacer historia y para eso se requieren ideales y se requieren principios”, expuso.
Sin mencionar por su nombre a ninguno de los legisladores involucrados, López Obrador señaló que el político tradicional que sólo piensa en como “colarse” ya no le sirve a México porque ya cambió la mentalidad del pueblo y con su instinto certero, sabe distinguir quién es un “trepador, oportunista y politiquero” y quién verdaderamente trabaja en su beneficio y se preocupa por sus necesidades.
“Entonces, el político tradicional, el que está pensando cómo colarse, entre comillas, no ayuda en nada y no tiene futuro, porque el pueblo de México ya es otro, hubo un cambio de mentalidad y cuando cambia la mentalidad del pueblo, cambia todo. El pueblo de México tiene un instinto certero, sabe quién habla con la verdad, quién tiene buenos sentimientos, quién se preocupa por ayudarlos y quién es un trepador, un oportunista, un politiquero. Entonces, en general si se quiere hacer política -sobre todo esto lo deben de pensar los jóvenes muy bien- que tiene que trabajar en beneficio de la gente, en beneficio del pueblo”, manifestó.
Descartó intervenir en este asunto y confió en que los legisladores resuelvan sus diferencias; asimismo precisó que tampoco tendrá injerencia en la próxima elección de la dirigencia nacional de Morena y dijo que a lo sumo enviará una carta para expresar sus puntos de vista, que básicamente se reducen a recomendar que no se abandone al pueblo de México ni se traicionen los principios y los ideales, que son la base de cualquier movimiento político o social.
“A lo mejor envío una carta cuando sea el congreso para expresar mi punto de vista, mis sentimientos y desear que le vaya muy bien a Morena, tratar algunos asuntos que desde luego tienen que ver con mantener principios e ideales, no buscar el poder por el poder, no abandonar al pueblo de México y la lucha, no abandonar la lucha por la justicia, por la democracia, por la soberanía, por los valores. Si una organización cualquiera se ancla en valores, si se afianza sosteniendo valores, resiste; si empieza a buscar el poder por el poder, el triunfar a toda costa sin escrúpulos morales de ninguna índole, si empieza el zigzagueo se echa perder, no dura; o sea, si hay principios, sí. El escudo protector son los ideales, son los principios”, sentenció.
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