En una suerte de revancha, en Twitter seguidores del actual gobierno equipararon el derribo de la estatua de Andrés Manuel López Obrador en Atlacomulco con la cancelación del aeropuerto de Texcoco, lo que generó un gran rechazo en esa red social. La diferencia entre el costo de una y otra obra es de más de 5 millones 700 mil veces.
Apenas el 29 de diciembre había sido develada la estatua de López Obrador en el municipio de Atlacomulco, Estado de México, un tradicional bastión priista que entonces aún era gobernado por Roberto Téllez Monroy, de Morena. Sin embargo, apenas duró un par de días en pie: el domingo, muy temprano, en pleno año nuevo se reportó que la efigie había sido derribada e, incluso, que su cabeza fue robada.
Lo anterior desató en las redes sociales una serie de reacciones que van desde la justificación y celebración, hasta la reprobación y la ira por el acto vandálico, cometido prácticamente en el primer día de la administración de la nueva alcaldesa, Marisol Arias, que fue postulada por la alianza opositora integrada por el PRI, el PAN y el PRD.
Uno de los tuits que causó más respuestas fue el publicado el propio domingo por un usuario de nombre Martín Arellano (@M_ArellanoMX), quien escribió lo siguiente: “Ellos tumbaron una estatua. Nosotros hundimos su NAIM”.
Eso provocó airadas reacciones que recriminan la comparación hecha por Arellano (que no fue el único en tratar de hacer el paralelismo entre la estatua y la obra aeroportuaria). Aunque hasta este lunes su mensaje había recibido 437 “me gusta”, ante la oleada de contestaciones prefirió cambiar la función de respuestas para que sólo quienes él decida le puedan responder. Varios de los comentarios en contra estaban por las mil o más aprobaciones.
Entre quienes respondieron la gracejada de Arellano estuvo el caricaturista Paco Calderón, para quien el comentario revela el motivo de la cancelación del aeropuerto de Texcoco: “No hubo ningún argumento técnico. Fue un mensaje político para decirle a ‘Nosotros’ ‘yo no gobierno para ustedes. ¿Quieren su megaeropuerto? ¡Pues va patrás para que sepan que aquí mando yo!’”.
También Fernando Belaunzarán respondió: “Deja el NAIM, con @lopezobrador hundieron a nuestro país. Cuando se den cuenta que también es suyo, mucho me temo que será demasiado tarde. Precisando”.
En ese tenor fueron muchas de las respuestas: el altísimo costo que el pueblo de México tendrá que pagar por el aeropuerto de Texcoco, del que se tendrán que hacer cargo también los seguidores de López Obrador.
Al tuit de Belaunzarán, Arellano respondió con petición de cifras para responder y presumió de su altura “de argumentación”.
Sobre ello cabe aclarar que el costo de la cancelación del nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México, según informó en febrero de 2021 la Auditoría Superior de la Federación, es de más de 331 mil 996 millones de pesos, lo que tendrá que pagar todo el pueblo. La estatua de López Obrador, elaborada en cantera rosa por artesanos de Tlalpujahua, Michoacán, tuvo un costo de 58 mil pesos, pagados por Téllez Monroy, según consta en un recibo del municipio de Atlacomulco.
Por supuesto, Arellano no presentó ningún dato al respecto.
A un comentario similar al de Arellano, el caricaturista Alarcón respondió: “Comparan el NAIM con la estatua. Están reconociendo que en ambos casos fue vandalismo”. Por su parte, el politólogo José Antonio Crespo tuiteó: “O sea que lo del Naim era un acto de odio, más que uno racional? Menos mal que confiesan lo que ya sabíamos”.
En su cuenta de Facebook, el 29 de diciembre el todavía entonces alcalde Téllez Monroy reprodujo fotos de la estatua y un mensaje de Viceversa Noticias que dice lo siguiente: “En el corazón de Atlacomulco, la tierra de Enrique Peña, Arturo Montiel y Alfredo del Mazo, entre otros, fue develada una estatua de Andrés Manuel López Obrador. Esta efigie fue patrocinada por el actual alcalde, Roberto Téllez, un empresario de extracción petista que brincó a Morena y que perdió las últimas elecciones. Atlacomulco, con todo y estatua, volverá a ser priista. En realidad nunca dejó de serlo. Por cierto, al nombre de ‘Andrés’ le faltó su acento”.
Cuando menos en Twitter Martín Arellano se dedica a difundir propaganda oficialista y a atacar a opositores (para dar una idea de su nivel de oficialismo: para él, Gibrán Ramírez Reyes es “la ultraderecha” de la “falsa ultra izquierda”).
Para concluir: militantes de Morena están convocando (hasta a la sociedad civil, tan atacada por López Obrador) a una caravana de coches para el próximo miércoles por la tarde, por la justicia y el regreso del monumento obradorista derribado.