Con motivo de los primeros 100 días de su gobierno, Andrés Manuel López Obrador ofreció un mensaje en Palacio Nacional, donde aseguró que de los cien compromisos que hizo en su discurso de toma de protesta en el Zócalo, 68 ya se tradujeron en hechos y los 38 restantes ya están en vías de cumplirse.
Ante su gabinete legal y ampliado, legisladores y empresarios, el mandatario refrendó su discurso político en donde el combate a la corrupción y la austeridad, son los ejes rectores de todas sus acciones de gobierno; según su perspectiva, al acabarse con la corrupción y los lujos en el gobierno, se liberarán fondos para el desarrollo del país, el crecimiento de la economía y apoyar a los sectores más vulnerables de la población.
Defendió sus decisiones como la realización de consultas para resolver asuntos controvertidos como la cancelación del aeropuerto y la puesta en marcha de la termoeléctrica en Huexca, Morelos y dijo que la consigna de su gobierno es “mandar obedeciendo”; en el caso de la terminal aérea insistió en que se hizo lo correcto al dar marcha atrás a un proyecto que se realizaba en una zona de muchos hundimientos y que iba a significar muy oneroso para el gobierno por sus costos de mantenimiento; en cambio, sostuvo que el aeropuerto de Santa Lucía, se ahorrarán 100 mil millones de pesos, será de mejor calidad y se resolverá la saturación de la actual terminal aérea de la Ciudad de México en tres años.
Sin hacer una abierta autocrítica respecto a la situación de la inseguridad, el titular del Ejecutivo reconoció que la tasa de algunos delitos como el homicidio, sigue igual que cuando llegó al gobierno, sin embargo, justificó esta circunstancia con el argumento de que la descomposición social era muy profunda y al hecho de que no cuenta con un cuerpo de seguridad capaz de enfrentar a la delincuencia.
Se dijo confiado en que una vez que se concrete la creación de la Guardia Nacional, se pueda frenar la incidencia delictiva; subrayó sin embargo en que el principal punto de su estrategia es atender las causas y brindar oportunidades de desarrollo a la gente; en este sentido, insistió en que el pueblo es bueno por naturaleza y que son las circunstancias los que llevan a las conductas antisociales. En esta línea, enmarcó el combate al robo de combustible, el cual – desgraciadamente – costó la vida de 135 personas en Tlahuelilpan, Hidalgo, pero el delito ya se logró detener con su política social y el desmantelamiento de las bandas dedicadas a este delito.
López Obrador sostuvo que su gobierno es respetuoso de las libertades y del disenso, pero al mismo tiempo, reivindicó para sí el derecho a la réplica, ya que de esta forma, se alienta el debate “sin odios ni rencores”.
Respecto a la política exterior advirtió que mantendrá inamovible su postura de apegarse a la Constitución respecto a la no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias. Asimismo fue enfático en que no desea confrontarse con el gobierno de Estados Unidos y confió en que, por la vía del convencimiento, se podrá trabajar en un plan conjunto para frenar la migración generando oportunidades de trabajo.
“Queremos mantener una relación de amistad con todos los pueblos y gobiernos del mundo. Es vigente, no anacrónica, como algunos piensan, la frase del Benemérito de las Américas, según la cual: Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, apuntó.
Tras hacer mención del Tren Maya y el corredor industrial en el Istmo de Tehuantepec, el presidente hizo un llamado a los empresarios a tener confianza en su gobierno y a participar en estos y otros proyectos. Asimismo apuntó que contrario a lo que sus opositores suponen, tiene bases para asegurar que la economía crecerá más que en los gobiernos anteriores.
“La economía afortunadamente está en marcha; aún crece poco, pero no hay ni asomo de recesión como quisieran nuestros adversarios conservadores o como pronostican con mala fe sus analistas. Se van a quedar con las ganas”, dijo.
Aseguró que México se va a convertir en una potencia económica con dimensión social, porque se cuenta con los recursos, “un pueblo bueno y trabajador” y según él, sólo le faltaba un buen gobierno que ya se tiene y sabrá estar a la altura de las expectativas.
Agradezco la confianza del pueblo de México, de todos los sectores; agradezco en especial la confianza de los empresarios. Y reitero, reafirmo, refrendo el compromiso de no fallar. Nunca jamás claudicaré. Antes muerto que traidor”, proclamó el mandatario.
arg